Esto empieza a parecer un hilo sobre Kubrick.
Breves notas sobre las películas que ahora citas (y que en mi caso las vi todas ellas en el momento de su estreno, en concreto
La naranja mecánica en un lejano 12-10-76, con la que inicié mi base de datos de películas vistas, y luego las he revisado tropecientas veces en distintos formatos):
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La naranja mecánica: yo creo que no ha envejecido en absoluto, y la prueba es que las referencias a la ultraviolencia, a los métodos represores y manipuladores de un Estado policial y carcelario, o a elementos formales, como el uso de la música, siguen perfectamente en vigor. Alex y sus drugos son ya iconos de la historia del cine.
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Barry Lyndon: fue toda una revolución en los aspectos fotográficos y en el uso de la luz natural (y en especial de la filmación con emisiones de luz poco potentes, como era el caso de las velas). La película sintetiza demasiado la novela de Thackeray y modifica algunos aspectos. Desde luego es un film lento y, para mí, está perjudicado por un actor poco adecuado como es Ryan O'Neal, pero con todo se trata de una obra notable.
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El resplandor: cada vez que la veo (y lo he hecho muchísimas veces) me gusta más. El novelón de King no me entusiasmó, pero la película de Kubrick me parece espléndida, aunque es evidente que la intención es sobre todo formal, como por ejemplo en su trabajo con la
steady cam, que en su momento tuvo un impacto extraordinario: los espectadores nos quedábamos flipados con los paseos de Danny por los pasillos del hotel. Para mí las interpretaciones están bien (bueno, la del niño no me acaba de gustar), en especial Jack Nicholson, aunque le llovieron palos por histriónico (que lo está, pero por "exigencias del guion"). El doblaje, cierto es, es infecto... aunque al parecer lo supervisó el mismo Kubrick. Yo creo que la voz de Verónica Forqué le debió parecer adecuada para un personaje como el de Shelley Duvall, con el que se ensaña cruelmente. Debe formar parte de ese particularísimo sentido del humor del neoyorquino.
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La chaqueta metálica: me parece por encima de todo un film de terror, más terrorífico aún que
El resplandor. En ese sentido, aquí no hay ninguna muestra de empatía ni de concesión a la emoción como en
Senderos de gloria, es dura y descarnada. Que después de lo que hemos visto, la película acabe con los soldados cantando el himno del club de Mickey Mouse es toda una declaración de principios… completamente nihilistas.
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Eyes wide shut: para mí se ha convertido ya en un clásico navideño. Soy de los que en lugar de
¡Qué bello es vivir! suelo programarme este film de Kubrick, para quien quizá no sea tan bello vivir, pero que tiene claro lo que hace falta hacer más a menudo (ver la última escena de la película).