Porque en esto de los videojuegos hay grandes compositores, y como grandes que son podríamos hacerles un pequeño homenaje en este post.
Comienzo con mis dos favoritos:
Yasunori Mitsuda - Recordado sobre todo por Chrono Trigger y Chrono Cross, quizás dos de las mejores composiciones existentes en toda la historia de los RPGs. La primera es más aventurera y desenfadada, destinada sobre todo a destacar el carácter épico del juego, mientras que la segunda es mucho más intimista y cuenta con el que quizás sea el mejor tema para un overworld que conozco: Dream of the Shore. Al igual que Uematsu sus mejores trabajos surgieron con Square, y dentro de su corta pero intensa discografía también destaca Xenogears, de ritmos celtas y pianos salvajes, y la saga Shadow Hearts de Midway. Ya retirado, me cuesta creer que jamás volveré a escuchar algo nuevo de este genio.
Nobuo Uematsu - El más prolífico compositor de Square, comenzó junto a la compañía en su nueva etapa de logros en 1987, con su trabajo para el primer Final Fantasy de NES. Junto a la segunda y tercera parte de la saga comprendería el trabajo para la primogénita de Nintendo, consiguiendo melodías fácilmente reconocibles e imposibles de imaginar más hermosas con el caduco chip de sonido de la consola. Su trabajo en Final Fantasy es constante, encargándose de la saga oficial mientras cedía el turno a otros compositores -Hitoshi Sakimoto- en los diversos spin-offs de ésta -Final Fantasy Tactics-. A destacar el virtuosismo a la hora de meter el piano, instrumento fácilmente asimilable para una consola y cuya versatilidad permite obras maestras como el Tina´s theme de Final Fantasy VI, Aeris theme de Final Fantasy VII o Melody of Lute de Final Fantasy IV.
Además del mundo del videojuego, Uematsu ha compuesto las bandas sonoras de Ah! My Goddess (película y serie). Mención aparte a Phantasmagoria, su primer disco en solitario sin relación con otra obra, en el que el maestro se aleja de los cánones autoimpuestos y se mete de lleno en los sonidos más típicos del Japón, mezclados con notas de la electrónica de los ochenta y unas guitarras dignas del mejor Clapton. Una maravilla.