Empiezo donde lo dejé ayer. Myrna Loy junto a Carole Lombard y Clark Gable. Tras un inicio de relación mala entre Gable y Loy, finalmente acabron como "hermanos". Sobre Lombard, destacó su belleza, energía y su capacidad para soltar palabrotas.
Con Claudette Colbert y Joan Bennett
Con Hedy Lamarr
Con Jeanne Crain y Jane Powell, juntas en una adptación televisiva de Meet Me in St. Louis (1959).
Con David Niven
Con James Cagney (1981)
Junto a Ingrid Bergman haciéndole un regalito a su querido amigo Spencer Tracy (1941).
Retrato de perfil de Clarence Sinclair
Junto a Deborah Kerr celebrando el cumpleaños de Clark Gable.
Con Teresa Wright y Dana Andrews durante un descanso de "Los mejores años de nuestra vida"
Junto a George Sanders. Desgraciadamente no me suena ahora mismo que participaran juntos en algún film.
Riendo junto a Greer Garson, otra pelirroja como ella.
junto a Claudette Colbert, Merle Oberon y Charles Boyer (beneficencia en favor de Gran Bretaña en guerra con Hitler).
En una instantánea de "The thin man"
Myrna presta a iniciar el juego junto a uno de los primeros perros que pasaron a la historia como Rin Tin Tin.
Hedy a su lado.
Look años '20
Gable dándole de comer a Tracy.
Más cumpleaños: el de Lionel Barrymore. Gable, Loy y Jean Harlow.
Celebrando el cunpleaños de Judy Garland en el set de "El mago de Oz"
Con Fredric March y Lucille Ball repasando los mensajes radiados para condenar la puesta en marcha del Comité de Actividades Anti-americanas en 1947.
Con William Powell y Gary Cooper. Cooper y Loy nacieron en la misma ciudad: Helena, en el estado de Montana.
Charles Laughton llegó a comparar a la actriz con la Venus de Milo,
Amiga íntima de Lauren Bacall hasta el final
Con John Wayne y Robert Young
Otra vez junto a Merle Oberon. Adolphe Menjou, Mickey Rooney, Claudette Colbert, Ronald Colman también entre los asistentes. 14 años más tarde de sta fotografía, con Menjou trabajaría Loy en 1954 en una film de Olivia de Havilland llamado "La hija del embajador"; por entonces, Loy siempre estaba en el círculo de sospecha de tener simpatías por los comunistas (sino roja, "rosa) dado que se postuló de embajadora cultura ante la ONU, y estaba temerosa de tener como compañero de reparto a un anti-comunista desaforado como Menjou.
Menjou no creía que Loy tuviera nada que ver con el comunismo, pero dejó caer que para que dejara de estar en contínua presión era necesario que surgieran nuevas personas sospechosas que desviaran la atención de élla.
Con Melvyn Douglas, un gran amigo y apoyo para ella en sus causas políticas y humanitarias. La esposa de Douglas, Helen, actriz también durante un breve tiempo, se introdujo en política y fue la primera mujer que representó a California en el Congreso en nombre del partido demócrata; luego, perdió en 1950 frente a Richard Nixon para obtener un puesto en el Senado fruto de una campaña agresiva en su contra (la llamaba "la mujer rosa" (paso previo a "roja comunista") e incluso sugería que hasta su ropa interior debiera ser de ese color).
Montgomery Clift tenía un don para entablar amistad con mujeres inteligentes y comprometidas, y Myrna fue una de éllas. Dsgraciadamente el rodaje de "Corazones solitarios" fue un suplicio dada la nefasta condición física y mental que le dejó el accidente que le desfiguró el rostro. Sin embargo, eso no fue óbice para que, según el biógrafo oficial de Clift, saltaran chispas en el primer encuentro entre ambos. Algo espiritual también, como una unión entre almas gemelas, pues Myrna se sentía gran aprecio por hombres sensibles, vulnerables y pensadores (como sucedió décadas antes con Spencer Tracy).
Monty adoraba a Myrna, y ésta le respondió con mucho afecto y cariño. Cuidó de él, fueron a cenar juntos muchas veces, nada le hubiera satisfecho más a la actriz que librarle de sus demonios, de la bebida.
Pese a que el film resulta fallido, entre élla y él se ayudaron a la hora de encarar sus personajes. Clift habló de trabajar con élla en futuros proyectos (
Hamlet, junto a Peter Finch;
Chéri, la cortesana madura de Colette). A través de Clift Myrna conoció a otro gran amigo para el resto de su vida, Roddy MacDowall. Pero aquello no se sostenía fruto de la desalentadora condición del actor, dependiente de alcohol (aunque delante de élla trataba de no tomarlo) y pastillas. Myrna llegaba a cancelar citas si el joven la necesitaba, y así estuvo unos años hasta que desapareció de su vida y dejó de verle ya cerca de su final. Era muy doloroso para Myrna ver que no le podía ayudar y verle autodestruirse iba más allá de lo insoportable. Por si fuera poco, en esos años ya estaba naufragando el cuarto y último matrimonio de la mujer, probablemente del que menos esperaba a esas alturas de la vida, tras haberse casado con un importante productor, Arthur Hornblow Jr., que no la amó tanto como élla a él; luego, con un hombre de negocios cuya mente se mostró desequilibrada, violenta, y acabó internado en un psiquiátrico de por vida; y el tercero, con un productor, escritor y héroe naval, Gene Markey, que previamente había estado casado con Hedy Lamarr y Joan Bennett, y que con semejante currículum también le terminó siendo infiel repetidamente. Al menos los hijos adoptivos procedentes de sus maridos efusivamente mostraron una admiración y cariño hasta el final. La propia actriz no tuvo descendencia a raíz de un aborto involuntario que desarrolló complicaciones.
Paul Newman se convertiría en otra amistad suya de por vida, al igual que Joanne Woodward.
Con otro gran amigo suyo. Robert Ryan compartió cartel junto a Myrna y a Montgomery Clift en el film que mencioné antes. Ryan lamentó que no pudiera verla tanto como quisiera al estar cuidando constantemente de Clift. Tanto Ryan como Myrna compartían agenda social, anti-nuclear, de derechos civiles y respeto mutuo hacia cualquier etnia o ideología.
Cuando falleció en 1973, Myrna Loy fue uno de los escasos intérpretes de Hollywood que acudieron a la intimidad de su funeral.
Una de las damas más discretas, afables y voluntariosas que conoció la cinematografía norteamericana. Pero lo más importante, como persona, una maravilla. Después de leer su biografía, la admiro mucho más.