Revisión de una tetralogía que, en realidad, no es tal; es la idea de unos listillos productores y distribuidores, por intentar vincular a posteriori a tres películas con una original titulada “Curse”, añadiéndoles un título alternativo consecuente con ello.
GRANJA MALDITA (The Curse, 1987) de David Keith
Adaptación de “The Colour Out of Space” de Lovecraft, reconvir (pervir) tiendo la pétrea seriedad cifi-horror de la historia, en una Serie B tirando a Z, con espíritu trash ochentero. La disculpa del meteorito que cae cerca de una granja, contaminando -con la descomposición de su extraña materia- la tierra, vegetación y los animales nutrientes de ella (y sigue la cadena…); sirve para que Keith & Co se solacen con personajes estrafalarios, maquillajes y gore blandiblup, comida podrida y muchos gusanos, con un tono difícil de tomar en serio pero tampoco “de comedia”. La recordaba aún peor, pero sigue siendo mala, no funciona como diversión disparatada (quizá por ej. un Peter Jackson -el primerizo- lo hubiera conseguido) ni es, por descontado, algo inquietante y sórdido (¿Cronenberg sería el ideal?) que tome el material en serio, cosa que el inoperante Keith no logra ni intuir.
THE BITE a.k.a. CURSE II (1989) de Frederico Prosperi
En pleno viaje por carretera desértica, a un chico le muerde un serpiente mutante, provocando su progresiva transformación en ofidio(s). Una especie de “La Mosca (1986)” de Cronenberg, versión reptil, fusionando historia de amor (ella, la encantadora Jill Schoelen, con cierta fama –pasajera- en series b de aquellos años), con la repelente degeneración física del aterrado muchacho. Sorprendentemente, se mejora un tanto la calidad del anterior film, pese a una cierta “comicidad de secundarios” que sobra(n) completamente, y unos fx que, al principio no convencen demasiado, pero con la explosiva (nunca mejor dicho) y alucinante parte final, Screaming Mad George & Co, dan lo mejor de su técnica. El rollete romántico funciona con cierta efectividad aún con los tópicos y, en cierta manera, gracias a la Schoelen (¿ya he dado a entender que me gusta?). Pasable.
SACRIFICIO DE SANGRE (Blood Sacrifice / Curse III, 1991) de Sean Barton
Muy burda - la peor de las cuatro- historia de maldiciones africanas, con monstruo incorporado (del tipo hombre-anfibio: "La mujer y el monstruo", "La ciudad sumergida", "Humanoides del abismo", "La isla de los hombres peces" etc). Da pena ver en este embolao a Christopher Lee –aquí ni concurre la risa (involuntaria) de Aullidos II (1986)-, con una África que parece las ridículas Áfricas de los episodios de “El Equipo A” y… no sé qué decir más, la verdad. Aburridísima, torpe, haciendo “curioso” al primer film de David Keith.
CATACOMBS (1988) de David Schmoeller (estrenada en video en 1993 como CURSE IV)
La pares (medio) salvan la “serie” (mala la suerte de que sean precisamente las dos no estrenadas nunca en España). El dire de la simpática “La venganza de los muñecos (1989)” y la excelente “Trampa para turistas (1979)”, nos presenta una de “terror religioso”, con un Monasterio en el que acecha un Mal escondido en las catacumbas del lugar (encerrado allí cientos de años atrás, como vemos en el prólogo). Especie de miedo de prestigioso ambiente “El nombre de la rosa” (tan en boga en esos momentos) cruzado con, por supuesto, “El Exorcista”. Todo con un tono clásico (supongo que a veces melifluo telefílmico) pero agradablemente huyendo de efectismos, para componer –hasta cierto punto- una “atmósfera”, y escenas de terror de tensión sostenida y mal rollo, como el cura atraído por una maligna mano a una tumba excavada, y enterrado vivo; y especialmente ese Cristo de madera, cobrando vida, bajando de la cruz y asesinando cual vehículo irónico del mal. No está mal.