Morbo.
Típica película de las que apuntan alto pero de las que no se saca nada en claro.
La meto aquí porque se podría considerar cine de terror. Tenía vagos recuerdos de haber visto esta película hace la tira de años, pero no la vi acabar, y me dio un mal rollo considerable. Hoy, sólo me ha parecido una película rarura y tremendamente pretenciosa y pedante, como todo o casi todo lo de Gonzalo Suárez. Decían en la introducción que quería burlarse de los clichés del cine de terror tan habitual en la época...pero lamentablemente, parece regodearse en todos ellos. Sin embargo, tiene cierto interés por lo que tiene de retrato de la clase pijiprogre del tardofranquismo: esa parejita de recién casados antipatiquísima, superficial y tonta interpretada por Ana Belén, que como Marisol dejaba atrás su imagen de niña buena prodigio para convertirse en sex-symbol y un Victor Manuel un tanto perdido (está doblado) en la que fue su primera y una de sus pocas incursiones en el cine. Una pareja que se acaba de casar y sin embargo, ya empieza a desmoronarse. Ella se pasea por ahí constantemente en biquini y luego se queja de que la miran; él dice que la quiere mucho pero parece pensar sólo en su trabajo...o en otras mujeres. Hoy en día, este tipo de pareja y las peleas que tiene resultan un tanto anticuados, pero me parece muy representativa de su época.
Pues éso, con toques de drama, road-movie, horror gótico (referencias a Psicosis y Vampyr incluídas) y thriller, nos cuentan la historia de una parejita que se acaba de casar y se va a pasar la luna de miel en una autocaravana a un lugar singularmente polvoriento, inquietante y dejado de la mano de Dios que de idílico tiene poco. Pero pronto empiezan las peleas entre ellos (por tonterías, frecuentemente), y se ve que bajo esa pátina de modernidad son una pareja convencional y llena de prejuicios. Y empiezan a suceder cosas extrañas, inexplicables, que parecen malos augurios: animales muertos, hamsters que se devoran mutuamente, bichos, movidas raras con trajes y muñecos de boda...La desconfianza se instaura entre ellos: Alicia descubre que su marido Diego le está mintiendo, con respecto a una casa que dice que ha visto, y que se parece sospechosamente a una que ella le ha descrito antes, y sospecha que algo raro está pasando...
Extraña y fallida, atropellada en su tercio final, cuenta además con una de esas cargantes bandas sonoras estilo folk que tanto se estilaban en la época: con todo, creo que merece la pena el visionado.