Ravenous (1999) de Antonia Bird
Algo estrambótica película de terror, con un Fuerte Militar en las montañas de Norteamérica, donde empieza a sembrar el horror el canibalismo. Estrambote noticiable en su concepción primeriza de película de comedia, en contraste con una mayor seriedad terrorífica cuando llegó al barco Antonia Bird; no hablo de humor negro (que está bien) sino algunas salidas de tono caricaturescas, ayudadas alguna vez por la música de Michael Nyman y Damon Albarn, que se hace absolutamente protagonista en cuanto suena, música estupenda, aunque como he dicho, algo pasada de rosca en varios momentos.
Pese a ello la película me gusta bastante, beneficiada por una estupenda labor de ambientación, diseño de producción (se echan en falta más films de terror en época (pre) western), unos correctos Guy Pearce, Jeffrey Jones y Robert Carlyle (este último, como muchas veces, excesivo a veces, pero su mirada de loco beneficia el papel concreto), un guión con suficientes giros curiosos, humor negro, apuntes visuales equiparando a Carlyle con Jesucristo y subtexto político (se asocia con poco disimulo el “canibalismo” expansionista yanqui, con el literal de los personajes) y unos apuntes acerca del Wendigo, mito nativo popularizado por el famoso cuento de Algernon Blackwood, de poco éxito en sus escasas apariciones cinematográficas, aquí también un mero apunte, pero simpático. Muy entretenida, eficaz y sangrienta a ratos en lo terrorífico y divertida en la humorada macabra (cita en la primera escena: “Cómeme” de Anónimo jaja), pareciendo casi algo del escritor Ambrose Bierce, porque incluso la Guerra con México tiene aquí su papel importante. Notable y a revalorizar.
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