Más que poco moderno, caduco
Una maravilla de secuencia, breve y apaciaguadora al final guitarra en mano. Nancy Allen, otra maravilla, siempre me ha parecido muy atractiva, hasta mascando chicle y vestida de poli; y el otro.... ¿era Zach Galligan?
Qué buenos (y sensuales, algunos) son los posters de las pelis de De Palma en los 80'. Claro, que al lado de algunas películas italianas de los 70' se quedan cortos. Del mismo Donaggio, bendita sensualidad: (pongo las imágenes en spoiler,
no recomendadas para menores de 16 años, por ser poco moderno (y beato)
Frankenstein la he escuchado infinidad de veces y me sigue pareciendo una tormenta perfecta, vibrante y de un dramtismo excelso, aunque desde hace algunos años, y más desde que tengo el tinnitus, he espaciado mucho sus audiciones, más teniendo en cuenta que es un espectáculo operístico de sangre, sudor y lágrimas, rayos y truenos, de 70 minutos de duración intensos emocionalmente y, aquí viene el intríngulis, con tendencia a la fatiga auditiva, desgraciadamente en estos últimos tiempos. Por lo demás, es un Hotel Doyle Cinco Estrellas (o cuatro...y 1/4): robusta expresividad sin par, singularidad descriptiva de acontecimientos, psiqué de personajes ingente, fragilidad dramática in crescendo. Se ha quedado fuera de las cinco favoritas actuales, que no mejores, por la adquisición más reciente de Dead Again, estimo.
Por cierto, a The Empire Strikes Back le pasa un poco la misma trayectoria; no soy capaz de escucharla de un tirón, le edición de Sony Classical, y selecciono temas de modulación más suavizada con algún pico más "rítmico" como el de la maniobra contra los AT-AT. Desde que tengo el tinnitus me cuido más y entro en estado de prevención, quizá a veces un poco obsesiva pero es que hay épocas en las que oigo muuuucha música todavía, y tanteo escuchar texturas atmosféricas fabulosas de un perfil dinámico suavizado sin perder la variedad. Me da igual escuchar a 30 dB que a 50 db de volumen, el cortocircuito oído interno-cerebro reacciona de forma parecida.
Bueno, y la TV, si antes casi no la veía, ahora ni la enciendo excepto para ver películas o DVDs. Ya no veo ni partidos de tenis o pruebas de ciclismo. Así está la cosa: prefiero prevenir por exceso que aún soy joven por lo que pueda venir después salvo que la ciencia dé un salto de gigante ciclópeo, y claro, afecta a mi yo anterior.