Cazafantasmas: Más Allá
¡Que agradable sorpresa!, reconozco que ni en mis mejores sueños me imaginaba una película tan buena. A diferencia con el mojón de 2016, aquí estamos ante un film que rezuma personalidad propia y al mismo tiempo respeto y sobre todo cariño, mucho cariño por la saga original. En lugar de tirar por el camino fácil y hacer un nuevo reboot, en esta ocasión optaron por hacer una secuela, que al mismo tiempo sirve para presentar a nuevos personajes, los cuales tomarán las riendas de sus antecesores.
Nada de esto era sencillo, pues desgraciadamente uno de los Cazafantasmas originales falleció en 2014, lo que evidentemente añadía al proyecto un plus de dificultad más que evidente. Sin embargo, Jason Reitman se las ha ingeniado para marcarse una historia que rinde homenaje (¡y que homenaje!) al gran Harold Ramis y con un tratamiento de guión respetuoso con el enfoque del que siempre ha hecho gala la saga: humor y fantasía, con toques de terror. Los nuevos personajes caen bien, tienen chispa (unos más que otros evidentemente), pero todos resultan agradables y es fácil empatizar con ellos. El final del film es épica en estado puro, tanto a nivel visual como emocional. La película está repleta de referencias a las dos primeros films.
En lo concerniente al reparto, de entre los infantes destacaría el maravilloso trabajo de Mckenna Grace y Logan Kim. Por parte de los adultos me ha encantado el personaje de Paul Rudd y de la actriz que da vida a la madre de los chicos. Mención especial para las
apariciones del reparto original, todos con unos cameos cojonudos y no como la mierda que hicieron en el film de 2016. Aquí tenemos a Aykroyd/Murray/Hudson retomando sus personajes y haciendo aquello que mejor saben hacer: ¡cazar fantasmas! La reaparición en escena del legendario equipo, ha sido un momento precioso, espectacular y con un cierre digno para unos personajes memorables. A parte de la participación de los Cazafantasmas originales, también me ha gustado mucho como han traído de vuelta a Annie Potts y Sigourney Weaver. Es una pena que Rick Moranis no saliese de su retiro para filmar un pequeño cameo, habría sido la guinda al pastel.
Resulta asombroso conocer que la película únicamente ha contado con un presupuesto de 75 millones (frente a los 144 de la película de 2016), pues perfectamente aparenta unos 125. Los F/X son buenísimos, tanto a nivel técnico, como en cuanto a diseño. La mezcla entre cgi y muñecos, es fantástica.
Respecto a la bso... ¡madre mía!, que diferencia entre la de ésta secuela y la del truño feminazi, aquí rescataron los míticos temas de la composición original de Elmer Bernstein, lo cual ayuda a que la película se sienta como una auténtica película de Cazafantasmas.
Mucha atención al final, pues hay dos escenas post-créditos.
Por el momento, la película lleva ingresados 190 millones a nivel mundial y aún falta por estrenarse en Estonia, Eslovaquia, Filipinas y Japón. En cualquier caso, la película ya puede decirse que ha funcionado bien, pues ha ingresado 2,5 veces su presupuesto. Ojalá Sony dé luz verde a una secuela.
No veo el momento de hacerme con la peli en formato físico para disfrutarla una y otra vez. Teniendo en cuenta que la produce y edita Sony, confío en poder conseguirla en su versión en 4K.
Nota: 8,5/10