Será por eso que la parte final es la que me encanta, es donde viene la dosis de realidad..., visto de otra manera será que el cierre es el despertar del sueño. Dejemos que la idealización sea el resto de la película lo que percibía Elio. Todo iba bien. Más que bien. Visto así es totalmente coherente y muy especial. Pero hay que acercarse a lo onírico y alejarse de lo realista.