Esto no es nada nuevo. La relación amor-odio de los actores con el personaje se remontan a Sean Connery, y los devaneos sobre si hago la próxima o no, declaraciones en plan "estoy harto" y otras en plan "estoy deseando hacer otra..."
Todo es un juego para asegurarse un buen sueldo, una vez estás asentado como el personaje.