En realidad, en estas películas en que cada uno habla en su lengua original, lo mejor es oírlos doblados. Es la única excepción que yo personalmente hago ya que siempre he sido partidario de la V.O.S.E. Tanto en el cine italiano (como en el español) de la época no se rodaba con sonido directo sino que luego se doblaba en estudio. Por eso, películas como ésta de la que hablamos o EL GATOPARDO, por poner un ejemplo bastante claro, como mejor se aprecian es con aquellos espléndidos doblajes que se hacían entonces.