Al igual que cuando comenté la anterior película, COUNTESS DRACULA, adjunto enlace con la información sobre la edición:
https://networkonair.com/shop/1920-h...he-ripper.html
A principios de 1971 Michael Carreras se hace con el control de la Hammer Film Productions, después de la nefasta gestión de su padre Sir James Carreras y su alianza con dudosas productoras y se lanza a una ingente producción de títulos (11 en 1971, el año más prolífico de la productora) y comenzando con paquetes de dos películas, rodadas una a continuación de otra, con similares equipos técnicos y artísticos. Así irían por un lado BLOOD FROM THE MUMMY'S TOMB (1971, SANGRE EN LA TUMBA DE LA MOMIA) y DR. JEKYLL AND SISTER HYDE (1971, EL DR. JEKYLL Y SU HERMANA HYDE) y por otro HANDS OF THE RIPPER (1971, LAS MANOS DEL DESTRIPADOR) y TWINS OF EVIL (1971, DRÁCULA Y LAS MELLIZAS).
HANDS OF THE RIPPER (1971, LAS MANOS DEL DESTRIPADOR) de Peter Sasdy (el autor de TASTE THE BLOOD OF DRACULA (1970, EL PODER DE LA SANGRE DE DRÁCULA) y de la anteriormente citada COUNTESS DRACULA (1971)) ofrece en éste su tercer film una de las mejores películas Hammer, no sólo de los años '70, sino de toda la producción en conjunto.
Con un soberbio reparto - encabezado por un sobresaliente Eric Porter (Dr. Pritchard) y una absolutamente angelical y frágil Angharad Rees (Anna) -, un excelente guión, una tenue fotografía neblinosa y una hermosa partitura, esta delicada pieza de orfebrería refulge dentro de la producción hammeriana como un penetrante estudio psicológico de un alma atormentada y una bella historia de amor, con un final fantástico que no pienso desvelar.
Me venía a la memoria al (volver a) verla, la última obra maestra del maestro Hitchcock: MARNIE (1964, MARNIE, LA LADRONA). Una mujer tramatizada por su pasado, víctima de su familia y sin posibilidad de redención. Dos personajes, interpretados por Tippi Hedren y Angharad Rees, disfuncionales, faltos del amor de una familia y condenados a una vida sin sentido. "¿No es entonces un sueño?" dice Anna al final.
Si en lugar de Peter Sasdy hubiesemos tenido al gran Terence Fisher, hablaríamos de una obra maestra absoluta. Pero Sasdy no es Fisher, cierto. Pero aquí firma una excelente película, con un final terrible, pero hermoso.
No sigo.
La edición es excelente. Se respeta el OAR de 1.66:1, pero como ya sabéis, sólo incluye subtítulos en inglés. Incluye un estupendo libreto de 24 páginas y audiocomentario.
Recomendable 100 x 100.