Sony tiene un prestigio ganado a pulso, con restauraciones que son referencia en el mercado, y Grover Crisp en los altares.
Por eso no hace falta ni entrar en comparaciones con nada más. Sólo tienen que seguir su propia estela, y evitar rebajarse a sacar estas cosas: si no existe el material, o no es accesible, saben de sobra que es preferible pasar.
Además que el público objetivo de estas ediciones no es tan grande. Cualquier chapuza sólo sirve para menoscabar la confianza del consumidor, deteriorando su reputación, y de manera totalmente innecesaria para todos.