Compran la película en Amazon.
O ni siquiera eso: la bajan de alguna página de descargas.
Lo copian y crean la autoría (chapuceramente).
Buscan el doblaje por internet en alguna copia avi y se lo añaden.
Si los encuentran, cogen los subtítulos de internet. Si tienen errores ortográficos o de sintaxis, ni se molestan en corregirlos.
Lo editan y ¡a cobrar!