En la copia Silver Screen únicamente han contrastado y tintado. Deberían haberla llamado Gold Edition, porque no mejora un color que no sea cálido.
En la copia Silver Screen únicamente han contrastado y tintado. Deberían haberla llamado Gold Edition, porque no mejora un color que no sea cálido.
"Reivindico la melancolía porque somos lo que fuimos" Carlos del Amor
Por estas cosas algunos pensamos que ni siquiera a un director se le debería permitir tener tal control sobre su propia película que incluya derecho de veto a que se preserve, restaure y distribuya siempre la versión de estreno en cines.
Lucas, Spielberg, Forman... son muchos casos... y está muy bien que hagan con sus pelis lo que quieran, pero por contrato deberia quedar que cada edición de una peli modificada debe llevar adjunta la versión original.
No se olvide meter en ese veto a Storaro, padre, que ese salpica a un puñado de directores... aunque luego sepa vender su moto en las distancias cortas
También; pero como él dice no es director de nada, solo fotógrafo, y los que mandan son los directores. Si son más o menos pusilánimes a la hora de dejarse embaucar, el problema y la resoponsabilidad es de ellos.
La lista no es un numerus clausus; solo es a título de ejemplo, y además incluye a los que causan daños irreparables. Lo de mi amigo Vitorio está superado, ya que los fanboys del negativo ya tienen lo que querían y están las dos opciones disponibles.
Por eso el acento va puesto en que "no se les de derecho de veto a que lo estrenado en cines salga a la luz". En ese sentido, Vitorio no entra en la lista, ya que carece de derecho de tipo alguno para trajinar.
Por cierto. Vitorio no solo convence en las distancias cortas... por mail y teléfono... también.
Yo pienso que a la hora de editar una peli en formato doméstico (VHS, DVD, Bluray, y ahora UHD), el montaje que en su día se ofreció en cines debería considerarse algo sagrado, pues es la forma en que la peli se ha dado a conocer al gran público, para bien (cautivando) o para mal, (decepcionando).
Por tanto, en las sucesivas ediciones en formato doméstico que se vayan poniendo a la venta, lo justo sería, como mínimo, ofrecer lo que se vio en cine en su día, y a partir de ahí ir añadiendo, bien en la misma edición, o bien en sucesivas ediciones especiales: montaje del director, versiones extendidas, copias restauradas, etc..., en definitiva, cuantas alteraciones sobre el original se estimen. Que esa se supone que sería una de las principales utilidades del formato doméstico, y quizás la mas valorada por los coleccionistas. Tener la oportunidad de ver lo que nunca viste, ver lo mismo pero en la mejor calidad posible,etc etc... Pero a lo que no veo ningún sentido es a lo de un caso como este, en donde se priva a los fans de poder ver lo mismo que vieron en cines en su día, e incluso en algún formato posterior y pases televisivos.
Última edición por Nomenclatus; 26/10/2018 a las 21:56
"Como te ves, yo me ví, como me ves te verás. Todo acaba en esto aquí. Piénsalo y no pecarás."
Osario de Wamba
Amen, y además téngase en cuenta que el formato doméstico ya no lo es tanto, y un buen bd o uhd, e incluso dvd, están sirviendo para pases en salas de cine. Un buen disco es una manera óptima y barata de preservar una película; claro, si no se dispone la peli en su estado original, el disco ya no sirve para esto y solo preservará el capricho de turno de quién sea.
Es una manera como otra de alterar la historia. Algo muy de moda hoy día, por cierto.
Me va a caer la del pulpo por esto, pero hoy tengo la tarde libre y voy a hacer algo más que leeros, que es lo único que puedo hacer casi siempre por falta de tiempo. Me gustaría hacer ver que hoy, tú vas a una librería y te compras "Historia de dos ciudades" o "Don QUijote", y lo que encierran las páginas es la última versión, corregida, de lo que Dickens y Cervantes quisieron que quedara para la posteridad. Las primeras ediciones son curiosidades históricas, y nadie critica a sus autores por corregirlas ni las considera las mejores o las "buenas". La cuestión es que el coleccionista (y yo me incluyo el primero) no es tanto un amante del cine como un obsesivo que quiere preservar a toda costa las sensaciones sagradas primigenias que él experimentó y que pone por encima de la libertad creativa del que ha parido una obra artística. Sinceramente, entiendo esa sensación (porque la siento dentro de mis entrañas), pero la realidad es que no tenemos ningún derecho a decirles cómo tienen que dejar una obra sus responsables (ya sean directores, directores de fotografía o productores... Recordemos que el Oscar a la mejor película va los productores... Por algo será). En fin, ahí lo dejo. Dentro de dos siglos, nadie discutirá si la versión buena de una peli era la de cine o la del tercer reestreno en formato doméstico. Y si sí se discute será señal de que esa obra sigue viva y vigente, lo cual sería genial. Lo que vengo a decir es que, nos guste o no, una obra la disfruta el público, pero pertenece a sus autores.
La diferencia es que don Quijote se debe readaptar al vocabulario actual si queremos llegar a comprenderlo, tal y como quería su autor. El equivalente de actualizar el vocabulario en que nos llega la obra, en cine sería pasar de bobinas de 35mm a VHS->DVD->Blu-ray->UHD. No trasladar la situación de los molinos desde Castilla a Gotham City, para adaptarse a los tiempos y llegar a un público más global y "actual".
Con las variaciones de color, el único que "mejora" su percepción de la cinta es el que la manipula. Sea el director, o Yoko Ono. Nadie les pide que lo hagan, especialmente los fans. Fans son la gente a la que le ha gustado la película. La película tal y como la han visto originalmente. Antes de cualquier cambio.
Sólo es mi opinión.
No, no... Don Quijote o Historia de Dos Ciudades, por poner dos ejemplos entre miles que existen, son dos obras que, viviendo sus autores, vieron su contenido literario cambiado o corregido por sus autores, cambiándose párrafos y pasajes que hoy han quedado como curiosidad histórica (vamos, que lo que tenemos hoy es el Director's Cut). Es más, Don Quijote no debe de ser alterado para que resulte inteligible para el lector de hoy... En todo caso, se debe acompañar de unas notas clarificadoras, pero nada más. Pues imaginemos que alguien hubiese dicho que habría que poner veto a estos señores para impedir que hicieran lo que hicieron... Y esos somos nosotros, los coleccionistas, velando siempre por la ¿integridad? de una obra.
¿Y quien dice que el autor es el director de la obra?
Hacer una función (la de dirigir) dentro de una labor coral ¿le da derecho por encima de cualquier otro autor partícpe en la película a cambiar lo que le dé la gana?
La fotografía, la música, el montaje, un actuación que es eliminada... todo ese trabajo es sólo "encargo" y el director hace arte? Vamos, venga...
Yo entiendo que no es un "capricho", sino que Badham realmente, siempre quiso que se viera así, o algo parecido a eso. Respeto su voluntad, pero pienso que en pleno siglo XXI tenemos medios técnicos más que suficientes para que puedan coexistir todas las versiones de una obra.
Fijaos en Kubrick por ejemplo, que en vida quiso que "El resplandor" se editase amputada de formato y así fue su primera edición en DVD, en 1.33 en lugar del 1:85 original. Seguro que tenía sus motivos, pero Kubrick tampoco podía anticipar lo mucho que avanzarían los sistemas de imagen de formato doméstico; y al poco de fallecer El resplandor se editó ya en su formato original. Woody Allen solo quiere que sus películas se editen en sonido Mono y sin extras. O Lucas, que solo permitió que las versiones originales de la trilogía original se editasen en condiciones deficientes y por tiempo limitado.
La comparación literaria la encuentro inválida, porque suele ser obra de una sola persona, la película es el trabajo de un equipo de profesionales, y sobre todo, la mayoría de libros mencionados tienen siglos, mientras que las películas de las que hablamos tienen décadas. No creo que sea comparable.
Aquí, el autor, nos guste o no, es quien pone la pasta, como así consta en los registros de propiedad intelectual y en los créditos de las películas (siempre pone algo así como "Productora tal is the ownership of the rights.... tal tal tal"). Como ya he dicho, el Oscar a la mejor película se entrega a los productores. Entre todos los profesionales implicados, cada uno con sus enormes dosis de talento, crean una obra única, a veces maravillosa y de gran valor artístico y humano (y otras veces sale Campo de Batalla: La Tierra). Pero todos trabajan de forma asalariada, sabiendo por contrato que no son los dueños de lo que hacen, salvo que te hayas ganado el respeto de la industria y el público y tengas poder suficiente para hacer un corte del director/ editor /fotografo/ guionista... Pero ojo, que tendrás ese derecho si el que pone la pasta ve que puede sacar más pasta con ello, porque la peli es suya por contrato. Por eso no vamos a ver un Hairdresser's Cut o un Catering's Cut. El director no hace más arte que los demás, salvo que tenga poder para ejercer como autor por encima del que pone la pasta. Pero no nos olvidemos: absolutamente TODOS los montajes que existan de una pelicula llevan el sello "Approved by Studio" (verdadero autor).
¿Autor=inversor=propietario?
Me vale el ejemplo. Del Quijote tenemos la primera edición, la obra tal "como se estrenó en cines". La tenemos en papel, en digital, e incluso en un precioso interactivo de la biblioteca nacional, accesible para todo el que quiera y gratis además. Ahí, está preservada.
Tras esa primera edición (princeps), editada por de la Cuesta en 1605, vinieron dos ediciones más muy seguidas en el tiempo, en las que ya hay algún añadido y cambio (curiosamente no se sabe si el autor fue quién pidió eso, o lo autorizó, o incluso estaba en contra -con el tema del robo del asno llevamos 4 siglos de investigación y aún no se sabe-).
Problema de adaptar no hubo mucho, ya que el Quijote se edita en el XVII y el castellano medieval ya había sido superado. Según ediciones hay diversas adaptaciones, pero vamos, nada que ver con el tema del cine. Puede editarse un quijote para niños, pero el original sigue estando ahí. Es como cuando se vendían ediciones de pelis en super 8, que duraban media hora.
Por eso, apoyándome en el ejemplo del Quijote, vuelvo a lo que decía: Perfecto el Dracula sin color de Badham; ahí está. Yo sólo digo que quiero ver también el de color, el que se estrenó en cines. No pido que uno mate al otro; al contrario, lo que pido lo firmaría cualquiera (menos Badham): una edición con dos discos, y en cada disco una versión con y sin color.
El problema que veo es que dentro de unos años, o incluso ya, será imposible ver Dracula con colorines tal cual se estuvo viendo durante muchos años; tal cual se concibió y estrenó. Por el Quijote no hay que preocuparse; tenemos 50 ediciones/versiones y mil traducciones, al gusto de cada cual, pero ahí sigue estando El Quijote, el princeps de 1605, para disfrute de quien quiera y, lo mejor, para compararlo con las distintas ediciones. La mía, por ejemplo, es la del Instituto Cervantes de 2005, que lo que hace es respetar la original de 1605, y allí donde introduce algo, lo anota y explica y refiere el original.
Esto es hablar por hablar, porque no se puede comparar algo de hace tres o cuatro siglos con algo de ahora, que es facilísimo de preservar, editar, etc.
Por cierto; un ejemplo que sí está escrito en castellano medieval: El cantar del Mío Cid. Lógicamente, para entenderlo bien tiene que estar bien "traducido"... También me vale el ejemplo. Ya en el colegio de peque, se estudiaba y leía en formato bilingüe, como no puede ser de otra forma. En una página el texto antigüo original y en la de al lado el texto traducido.
En fin, me valen estos ejemplos, porque nadie, ni Cervantes, ni el editor, ni nadie, trató de privarnos de nada. Simplemente fueron corrigiendo, aumentando, actualizando... pero sin privarnos, en caso alguno, del original, que ahí está, casi quinientos años después. Veremos a ver dentro de 500 años qué queda de la guerra de las galaxias o del Drácula de Badham.
P.D.: nótese que mi postura integrista es falsamente integrista, y que la postura progresista de algunos directores y/o productores es falsamente progresista. Lo digo porque ellos ocultan, niegan, esconden, prohíben... y mi integrismo es supercool y liberal, porque yo lo que digo es que quiero todo: el drácula con color y el sin color; quiero el montaje del director de Amadeus o del Exorcista, y también el montaje original. Yo no prohibo, yo exijo que se nos contente a todos. En realidad los más chungos son los Lucas de turno, que no sólo alteran y realteran, sino que además nos imponen su alteración (como si no la qusieramos; George, quiero todas las reediciones que hagas; todas, y te las voy a comprar; solo te pido además un disquillo con la guerra de las galaxias 1977; no creo que sea tanto pedir).
Última edición por PadreKarras; 29/10/2018 a las 13:08
+1. Esto recuerda a los tiempos del antiguo Egipto, cuando por h o r b se dedicaban a intentar borrar cualquier vestigio que pudiese dar fe de la existencia de determinados faraones u otros personajes de relevancia en su tiempo. Esperemos que en este caso no consigan borrar la existencia de la copia colorida. Probablemente el reciente formato UHD 4K sea con el que se decida esta contienda.
Veremos si se ahonda en el error de volver a ofrecernos la versión pálida, o si se recupera del olvido la colorida, o incluso que se nos ofrezcan las 2 versiones, que sería lo más deseable y justo. Claro que también puede ocurrir que decidan no actualizar esta peli al nuevo formato, y nos quedamos como estamos......
Aunque la sacasen en UHD en versión pálida, por mi parte caería, pues es una peli que me encanta. Pero sería una pena no aprovechar la ocasión que brinda el 40 aniversario, y el nuevo formato, para enmendar el error.
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Osario de Wamba
Eso es muy discutible. Que yo sepa, con cada nueva edición no volvieron a editar lo previo ni incluirlo como "extra". Sencillamente, se quedó obsoleto lo anterior y ya no se vendía si se había agotado. ¿Por qué ha quedado lo anterior? Pues porque la obra interesa mucho (por méritos propios), y ha habido mucha investigación histórica al respecto, al margen de Cervantes y los editores de la época. En ese sentido, también sigue existiendo la versión de Star Wars original estrenada en 1977. En algún sitio habrá copias en celuloide de ello. Todos tenemos VHS y el DVD de extras. George Lucas no ha venido, de momento, a mi casa a quitármelos. Si dentro de de cuatro siglos Star Wars interesa tanto como el Quijote ahora, los estudiosos sabrán perfectamente cuántas versiones hubo, en qué circunstancias se editó cada una y los motivos. Y creo que no habrá demasiada controversia sobre cuál era la versión "buena". Sencillamente se considerará una obra que se mantuvo vigente y se modificó durante un tiempo (en realidad, ningún cambio ha cambiado tan sustancialmente la obra como nosotros sentimos)... Y ojo; que esto sigue vivo... ¿Y si a George Lucas le da un patatús o ha dado derecho a Disney a hacer lo que quiera con Star Wars y en unos años la "definitiva" vuelve a ser la de cine? ¿Eso nos molestaría? En fin, que lo que digo es que nos falta la perspectiva histórica.
Y me pregunto yo... Tan malo es que, si Badham, que parece que tiene suficiente poder como para imponer su criterio, y con el estudio consientiéndoselo (repito: el estudio es el autor de la película), quiere que su película sea así... Nosotros, sencillamente, lo respetemos? Ojo, que no digo que nos guste sino, sencillamente, que le demos el derecho a decidir sobre su legado y sobre lo que él puede influir. No podemos dejarlo en "A mí me gusta más con los colorines bonitos y no pienso ver su versión, pero bueno, es suya y que haga lo que quiera con ella, si puede hacerlo". Es que lo que nosotros pretendemos también tiene un punto de tiranía, eh? ¿No es realmente bonito y deseable que un artista pueda decidir cómo quiere dejar las cosas? Y ojo, que yo también tengo mi punto obsesivo coleccionista... Sólo hago de abogado del diablo y trato de ponerme en la piel de quien pare algo.
Última edición por Brundlemosca; 29/10/2018 a las 14:07
Por un lado, efectivamente, nos van a salir divergencias con el quijote y el drácula de Badham. Estamos comparando cosas que tienen varios siglos de diferencia, y lógicamente, para un debate puede valer, pero siempre hallaremos puntos que los hagan incomparables. Sería más fácil con un libro de hoy día, que para el caso es lo mismo.
Y tanto en un libro, como en un disco, como en una peli, yo al director, creador, autor, productor, etc, le respeto todo lo que haga falta y más. Que cambie lo que quiera, cuando quiera y como quiera. No trato de imponerle nada, faltaría más.
Yo sólo digo que quizá no les cueste mucho respetar al público (o a parte de su público), y permitirles ver, leer, oir, disfrutar su obra tal como fue parida, concebida, editada, mostrada al mundo por vez primera. ¿Que no quieren? es su problema, ellos verán. Tampoco me voy a hacer cruces. Si quiero ver Star Wars en las mejores condiciones tengo que pasar por el aro de Lucas; y es lo que hago. Respetado está. Sólo le digo que, si quiere y no le va mal, que se acuerde también de los que hicieron que se forrara; es decir, de los que le llenamos los bolsillos desde 1977 (peli, merchan, etc, etc). Un poquillo de respeto a esos fans vintage tampoco vendría mal. ¿Que no quiere? Pos ajo y agua, ¿qué vamos a hacer?
Eso sí, a mi me gusta lo que me gusta. El exorcista: dos discos (montaje de cines y montaje del director). Todos contentos. Y en el montaje extendido le metes escenas, añadidos digitales, y lo que haga falta. Y yo tan contento disfrutando los dos. Es más, para cinéfilos y cinéfagos, si les das el segundo montaje sólo, creo que les daría mucha rabia no disponer del primero en buenas condiciones, porque, entre otras cosas, el segundo montaje no se entiende sin conocer el primero, y conocer el primero da muchísimo juego (comparar, debatir, analizar, disfrutar).
Pero ya te digo, que lo mío no es un problema de no respetar a los autores de una peli. Mi respeto en todos los cambios que quieran hacer va por delante. Lo mio es más de pedirles respeto a ellos; respeto hacia mí y hacia mucha otra gente que les pide (a veces suplica) la misma cosa; una cosa que, hoy en día, cuesta muy poco dar si se quiere. Lógicamente, si no se quiere y prefieren vetar, prohibir, ocultar, privarnos de... pues ellos son los que mandan; está claro. Pero los que hacen algo negativo son ellos, no nosotros; nosotros les pedimos algo en positivo: dame tu obra cambiada (que quiero verla y voy a pagar por ella, sin pegas) y dame también la original... te respeto tanto que quiero las dos! (o las tres, o las que tengas a bien ofrecerme).
Última edición por PadreKarras; 29/10/2018 a las 14:32
Completamente de acuerdo con lo expuesto por PadreKarras. La clave está en no proscribir la que fue versión original exhibida en salas (es decir, la que en el momento de su estreno fue aceptada y considerada como válida). Si se quieren hacer modificaciones (retocar color, efectos, metraje, etc), no hay problema... siempre que el original permanezca inalterado y accesible.
Hay un ejemplo muy cercano en el que el director permitió que se pudiera ver y comparar la misma película en dos versiones diferentes: "Mad Max, furia en la carretera", con color o en blanco y negro. George Miller no vetó ninguna opción. Y se comercializaron ambas en formato doméstico, aun sabiendo que el espectador podría perfectamente eliminar el color durante el visionado, si así lo prefería. También lo hicieron los Coen con "El hombre que nunca estuvo allí".
En el caso de "Drácula", ¿por qué prohibir precisamente la versión que dió a conocer una obra, la que se exhibió originalmente en salas y que, por tanto, estuvo pública y perfectamente disponible?
Por otra parte, la decisión de Badham (a la que parece haberse adherido incondicionalmente Universal) dice basarse en el deseo original del director de rodar su "Drácula" en blanco y negro, propuesta a la que Universal se negó. Si esto fue así, lo cierto es que en su momento Badham, en lugar de renunciar al proyecto, se plegó a rodar en color, con los condicionantes de iluminación, decorados, etc, que ello supone (no suelen tomarse las mismas decisiones rodando interiores para blanco y negro que para color), y eligiendo una determinada gama de tonos que le pareció adecuada entonces. Y curiosamente, a la hora de recuperar su elección inicial, tampoco se decidió por el blanco y negro que decía preferir en un principio sino por disminuir notablemente el brillo de la imagen y generalizar un dominante y monótono gris verdoso que empasta la imagen, especialmente en las numerosas secuencias de estudio, y dificulta el visionado hasta fatigar la vista (al menos, esa es mi experiencia).
¿Cuál sería el enorme problema de dejar libre acceso a las dos versiones, con la consiguiente libertad de elección?
La (triste) época de ediciones coloreadas por Mr. Turner no supuso que los originales fuesen sustituidos por los manipulados. ¿Por qué pasar las películas en color a blanco y negro (o a verdigris) debe conllevar la prohibición de acceso al original estrenado?
Última edición por Twist; 30/10/2018 a las 16:08
Pues sí, amigo Twist, tienes toda la razón.
Si el señor Badham le gustan tanto la película sin colorido, pues que haga un remake en blanco y negro y se quede tranquilo y nos deje al resto disfrutar de la película con sus colores originales tal y como se vió en su época...
+1.
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Osario de Wamba
Bueno, la verdad es que quería evitar entrar a contar batallitas y tal, pero me gustaría poneros un ejemplo personal (entre muchos), a ver si pudieseis entender lo que quiero decir y verlo a través de otro punto de vista. Mirad, antes era diseñador gráfico e ilustrador profesional, y he tenido ocasión de trabajar en algunas películas (muy poco conocidas) de animación... De esto último podría contar mil historias y ninguna feliz, pero me voy a centrar en la parte de ilustrador, porque tengo un ejemplo muy clarificador de lo que estamos hablando. Si alguno tiene curiosidad por mi antiguo trabajo, que busque en google el libro "Cronología de una Leyenda" (la portada es mía y, si tenéis más curiosidad, mandadme un privado y os digo la dirección de mi página web).
Pues bien, como apasionado del cine, me especialicé en hacer versiones de posters de películas, siendo mi estilo heredero de la escuela de Struzan, Amsel o John Alvin. Nunca tuve mucho caché, y lo que más dinero me daba era el diseño gráfico, pero me ilusionaba poder, algún día, dedicarme por entero a hacer portadas de libros, cómics o posters de cine. El caso es que un día me encargaron hacer el poster de un evento relacionado con el cine, y pensé que podría ser mi oportunidad de llamar la atención. Me tiré dos semanas para hacer el poster, entregándolo todo para algo que iba a estar muy, pero que muy mal recompensado. Pero como acabamos haciendo casi todos los ilustradores que pasan hambre, prácticamente regalé mi trabajo a cambio de una supuesta promoción.
Bueno, a lo que vamos: yo ilustro vía computador y tableta gráfica, así que lo que entrego es un documento informático. El responsable del evento me pidió que si se lo podía entregar por capas (esto es, el trabajo separado en varias capas superpuestas independientes pero que, todas juntas, componen la ilustración... Así, en una capa tienes el trabajo de lápiz, en otra el color base, en otra las luces, en otra las sombras, en otra detalles, retoques, etc.). Ahí ya me olí lo peor, porque así, quien tiene ese documento, puede trastearlo. Y hoy, día, cualquiera con Photoshop y material ajeno disponible se ve muy creativo. Rogué que, por favor, si hacían algún cambio, me lo consultasen para realizarlo yo mismo, pero me dijeron que era sólo para encajarlo a la hora de imrpimirlo en varios formatos. A todo esto, en ningún momento me trataron con un mínimo de respeto... Bastante era para ellos dejarme hacer el cartel. Bueno, el palo vino cuando me encuentro con que habían suprimido las capas de trazos donde yo resalto las figuras y las separo, y que son un sello característico de mi estilo, y me dicen que las han quitado porque "no le gustan a nadie" y que el cartel va a salir así. Pues se imprimió el cartel, salió en alguna revista y se difundió por cierta ciudad sin un sello de mi estilo, porque alguien con más poder que yo lo decidió por mí. Y a mí me dieron ganas de llorar. Y podría haberlos denunciado o impedido legalmente que lo hicieran, pero eran mil líos y nada que ganar. Y en perro flaco, todo son pulgas. Pero aquello, desde mi punto de vista, fue un error. Daría lo que fuese por que a ese cartel no le hubiesen suprimido una capa; una parte de mi trabajo que me definía y que me molestó que quitasen.
Imaginemos (cosa que ya garantizo que no va a suceder), que dentro de unos años mi trabajo gana caché, y hay miles de personas que adoran mi trabajo. Pues si yo pudiera, reeditaría ese cartel tal y como yo quise, y NUNCA JAMÁS daría permiso para que se reimprimiese la versión que tanto me dolió que existiera.... Y sólo me faltaría que me dijeran "que estoy obligado a dejarlo tal y como se publicó originalmente, porque estoy privando a la gente de una obra que tal, tal, tal"... Es más, si me lo dicen me lo pasaría por el forro de los c... bueno, que me daría igual, vamos. Y si me quieren entender bien, y si no, pues también, oiga.
Ahora, lo que estaría mal es que la empresa tal, para ganar dinero, dijese, "pues ahora sacamos el cartel de este hombre con colores hiperbonitos, o en blanco y negro"... Sin mi consentimiento. Pero si me llaman y me parece buena idea, y creo que el cartel me sigue representando con las modificaciones (sobre todo si las hago yo mismo)y encima voy a ganar dinero, pues la cosa cambia.
Así que, como vosotros y como coleccionista de cine, mi versión favorita de una película es la del estreno, la que yo he visto más veces y que forma parte de mí. Y preferiría que no la tocasen jamás. Pero, por otra parte, cada vez que veo que alguien tiene el poder suficiente como para alterar su obra en vida y dejarla tal cual a él le gusta, en contra de estudios y público, no puedo sino admirarlo y aplaudirlo... Así que sí: Admiro a John Badham y a George Lucas (pero me gusta más La Guerra de las Galaxias como la estenó). Y esto es porque creo que los puedo entender por haber vivido situaciones parecidas.
Por cierto, hace un par de años que estudio felizmente Ingeniería Informática, no deseo volver a retomar los lápices en la vida, y estoy muy contento de haber dejado esa movida de la ilustración y las películas (me gusta más verlas y coleccionarlas). Gran parte de esa decisión la tomé por la gente que se aprovecha de quien no tiene poder e impone cómo deben de ser las obras artísticas. Muchos disgustos y poca ganancia.
En fin, que no quiero haceros cambiar de opinión pero, al menos, que os pongáis en la piel de quien hace lo que no os gusta. Tal vez esa persona haya sufrido por culpa de eso que queréis que se preserve a toda costa.
Última edición por Brundlemosca; 31/10/2018 a las 11:42
Entiendo perfectamente tu punto de vista, pero no estoy nada seguro de que sea aplicable en el caso de la película de Badham (quizá algo más cercano y discutible sea el caso de Lucas por aquello del perfeccionamiento de algunos efectos especiales imposibles de aplicar en su momento).
En el caso del "Drácula" de Badham no hubo una modificación del trabajo que él realizó y dió por acabado en su momento. Si es cierto que propuso realizar la película en blanco y negro y Universal rechazó tal pretensión, Badham pudo haberse negado a rodar en color; sin embargo, aceptó tal condición. Es de suponer que las decisiones que tomase durante el rodaje (elección de decorados, vestuario, fondos de estudio, iluminación, etc) se adecuaron a lo que deseaba que se viera en las salas... en color. Igualmente, las elecciones acerca de la fotografía que acordase con el excelente Gilbert Taylor debieron estar al servicio de lo que se pretendió que apareciera en pantalla.
Por tanto, el profesional más perjudicado con la posterior decisión de Badham (espectadores aparte) fue Taylor, cuyo trabajo fue radicalmente modificado respecto al resultado original y, por tanto, su caso es mucho más similar a la alteración del trabajo ajeno que invocabas como ejemplo, si no se obtuvo su colaboración o pleno consentimiento. Las indicaciones y decisiones pactadas durante el rodaje para conseguir determinados resultados habrían sido modificadas posteriormente de modo unilateral.
Como ya se ha apuntado en algún momento, una película es un trabajo coral y, si bien el máximo responsable es el director, el producto final es el resultado de un trabajo de conjunto. Si una vez terminado el rodaje, acabada la postproducción y estrenada la película, el director la modifica (hoy día podría cambiar no sólo la fotografía original sino los fondos, los decorados e incluso a algún actor... y la tecnología sigue avanzando), obviamente está alterando una obra terminada en la que no sólo él estuvo involucrado y, con ello, puede estar falseando y desvirtuando la labor de otros profesionales con los que decidió en su momento cuál sería el resultado para el conjunto general. Y, por supuesto, está modificando aquello que en su momento ofreció como producto acabado. No olvidemos que Universal no coloreó lo que Badham entregó como obra acabada; no estamos, por tanto, ante un caso de injerencia del estudio para alterar el metraje rodado sino una injerencia del director para alterar un producto que, en su momento, entregó (al estudio, pero también al público) como película terminada.
En este caso lo que resulta más llamativo es la actitud tan complaciente de Universal para permitir modificar sustancialmente al cabo de los años una de sus producciones, con el resultado de hacerla visualmente más incómoda y generar, al menos, alguna que otra protesta, especialmente cuando la alteración conlleva la prohibición de acceso al original.
Podemos imaginar qué puede ocurrir con el patrimonio cinematográfico (y literario, musical, etc) si esta actitud revisionista se generalizase y todo director pudiera modificar a su antojo, y las veces que considerase oportunas, música, fotografía, montaje, etc, sin que los trabajos originales se respetasen, preservaran y siguieran formando parte del patrimonio cultural con libre acceso público a los mismos.
Última edición por Twist; 31/10/2018 a las 14:53
En realidad es que todo es muy complicado con estas cosas, porque trabajan muchos y la autoría no es clara. Pero en general hay tres modalidades para determinar la autoría de una película (ojo; luego cada uno es autor de "lo suyo", lo que ocurre es que ese "lo suyo" no se sustenta sin la película -a excepción de la banda sonora-, por ejemplo, la labor del director de fotografía o del editor). Pero la autoría de la obra conjunta que es la película se reparte en tres modalidades:
A) La autoría es de quien produce y del director.
B) La autoría es de quien produce y el director trabaja como asalariado.
C) La autoría es de quien produce y del director y este, a su vez, trabaja como asalariado.
Por tanto, los autores de la película son siempre o el director y los productores o sólo los productores. El resto son asalariados que hacen lo que se les dice y ponen su talento al servicio de otros. Por tanto, todo queda muy claro siempre por contrato. Yo, por ejemplo, he trabajado como asalariado en varias películas de animación. Mi recompensa fue cobrar; me puede gustar más o menos el resultado, pero hacía lo que me decían. Por contrato tengo que pueden usar mi trabajo como quieran y no me puedo quejar. Como lo tengo claro, a mí me da igual que rehagan la película, que le cambien los colores, el formato, que la reediten o que cambien lo que he hecho y no lo usen (por mí, si queman todas las copias de alguna de las películas en las que he participado -una en especial-, creo que la humanidad sale ganando). La diferencia entre este caso y el que os he comentado del cartel, es que en el primero soy un asalariado, pero en el segundo soy el autor. Así que los técnicos asalariados saben lo que hay con su trabajo y, si lo han cobrado, poco más pueden pedir. Les gustará más o menos lo que hagan los autores, pero va con el contrato.
Lo que quiero decir es que, aunque no nos guste, una película es sólo de sus autores, no de todos los que han participado en ella. Y si director o productor son autores y tienen malas ideas, pues nos podemos echar a temblar. Así que si Badham figura como autor y quiere cambiarla, tiene derecho, mientras que el director de fotografía no (cosa que él sabe por contrato). Por otra parte, la responsabilidad sobre los cambios recaé únicamente sobre el autor, y por eso se tienen que comer las críticas de los que consideramos errónea su alteración, mientras que el prestigio de Gilbert Taylor no se ve comprometido. Seguramente no le gusten los cambios (o a lo mejor sí y ha llamado a Badham para felicitarle por lo que siempre quisieron hacer; no lo sabemos), pero no es su película ni tiene que responder por ella ante la humanidad.
En fin, lo que vengo a decir es que el único que tiene derecho a sentir que una obra no es como debería ser es su autor, y en el caso de una película sólo se reconocen como tales a los productores y al director (y en ocasiones a éste último tampoco: que se lo digan a los que despidió Disney rodando Han Solo: Una Historia de Star Wars). Es como si tú inventas una máquina y encargas el motor a un tercero, pero luego la quieres mejorar sustituyendo el motor original o haciéndole ajustes ¿tienes derecho o mejor respetas al que te hizo el motor?
Última edición por Brundlemosca; 31/10/2018 a las 15:27
A mi no me gusta como se ve la película, tras pasarla Badham por la lavadora. Pero tampoco voy a negar que si es su "director's cut" pues bueno, allá él.
La cuestión no creo yo que sea si tiene potestad para hacerlo o no. La cuestión es que está impidiendo el acceso del público a la obra original como se estrenó. Y eso nos parece a todos inaceptable.
De la misma forma que pido que se respete el formato de exhibición o la mezcla de sonido original... lo suyo es hacer lo propio con el color, aunque sea un tema mas difuso a veces. Luego puede haberse hecho una versión mejor o peor... pero no puede hacer desaparecer la original.
Cuando salió una ediciión de Blade Runner hace ya unos añazos, Scott iba hablando de cual era la versión definitiva... pero tuvieron la decencia de incluir anteriores versiones, si recuerdo bien (aunque me suena que algún detallito tenían). Lucas fue criticado enormente por no lanzar los films originales de star wars durante bastante tiempo.
Es que ya no es solo cuestión de preferencias personales, es casi ya cuestión de perspectiva histórica.