Estoy de acuerdo en que no es la mejor solución: supone molestias adicionales para el comprador (enfundar el disco, llevarlo a Correos, abonar el envío...) y la posibilidad de un extravío (entramos en época navideña) que haga que te quedes sin ninguno de los discos y sin posibilidad de reclamar nada. Son ganas de complicar las cosas.
Además, la sustitución es "a ciegas"... ¿y si a alguno resulta gustarle más la imagen del master antiguo que la del nuevo?
Si la función única que cumple el envío del disco antiguo (ese que estaba inmejorable pero que ahora sólo sirve para ser destruido), es justificar la compra, podrían ofrecer la posibilidad de presentar como prueba de la misma un escaneo del ticket para aquellos que lo conserven.