El final (o finales, puesto que hay dos diferentes, según el montaje que veas) de Blade Runner cierran la película perfectamente. Es melancólico, triste quizás, pero esperanzador. Fin. No necesitaba en absoluto de una continuación para contestar, entre otras cosas, cual ha sido el destino de Deckard. Simplemente, no era necesario...
Y esto nos lleva a la necesidad actual de "continuar" las historias. De la manía de narrar historias serializadas, sin final, en la que se alimenta el ansía del espectador por saber que ha "pasado después". La mayoría de las veces, lo mejor de un relato es que tenga un final: sin cabos sueltos, sin spin-off´s; un mensaje conclusivo que no necesita de nada más para ser comprendido y disfrutado...
Pero bueno, eso... es otra historia![]()
Un saludo.