Más que esnobismo, que quizá también, lo que es evidente que hay es un intento de "ponerse al día" siguiendo la estela del proceso de concienciación social y política, eso que ahora se llama "woke". De ahí la notable presencia de mujeres, directores afroamericanos o de cinematografías poco habituales (hay dos películas senegalesas), en detrimento de los clásicos canonizados hollywoodienses. Por ejemplo, no hay ningún film de Kazan, pero sí uno de su mujer, Barbara Loden. No hay ninguna de Demy, Malle, Rohmer, Resnais o Chabrol, pero dos de Varda (cuidado, no critico su presencia, me encanta Agnès Varda). No está
Un chien andalou, pero sí
Meshes of Afternoon de Maya Deren. No hay ni una de directores polacos (incluido Polanski), pero sí una de la checa Vera Chytilová. De la década de los 10 del siglo XXI hay cuatro películas: una de Céline Sciamma, dos de directores afroamericanos (
Moonlight y
Get Out) y una del coreano Bong Joon-ho (
Parásitos), y la única película norteamericana del siglo XXI incluida (además de las de Jenkins y Peele) es...
Mulholland Drive (en esto último estoy de acuerdísimo en incluirla, además está la número 8
).