Cuando llegamos a los momentos en que se busca ser crítico, ya es "EL cuento". ¿Por qué no "LA historia"? Y como herramienta de limpieza, un término femenino, en lugar de uno masculino. (ESCOBA, ¿por qué no CEPILLO?), lo que podría ofender al asociar un concepto referido a la limpieza a un género.
Todo eso, que en castellano entraría dentro de esa riqueza de su vocabulario y expresiones sólo es relevante cuando se quiere vivir pretendiendo ignorar unas normas establecidas y dar un carácter "inclusivo" que en el fondo lo ùnico que logra es marcar diferencias, excluyendo siempre, ya que no puede cubrirlo todo y lo que realmente hace es que nos fijemos en sandeces, donde a la mínima te deja los pies al aire cuando se va un poco más allá del postureo fácil.
En ese momento, ya se acaba el buenrollismo y se entra en el ofendidismo/cuñadismo.
Con lo fácil que es hablar y escribir en lengua española.