Yo es que ni siquiera compro este argumento. Vamos a ver, efectivamente la segunda parte de Bitelchús tiene entre 20 y 30 minutos de música original. El resto son canciones, a la inversa de lo que ocurría en la primera entrega.
¿A nadie se le ha ocurrido pensar que simplemente se decidió que fuese así y ya está?. Si, hay segmentos del film que en mi opinión pedían música original (como el paseo en bicicleta), y luego no la han tenido, por lo que sea. ¿Y qué?. ¿Usamos eso para llegar a la conclusión de que Elfman ha perdido el entusiasmo, que trabajar en el cine ya no le motiva tanto como sus obras de concierto?.
Pues me parece un tanto atrevido, que quereis que os diga. Especialmente teniendo en cuenta que en 2022 tuvimos su Doctor Extraño 2, que contó con nada menos que 85 minutos de música orquestal compleja, rica en matices, estupendamente bien estructurada y desarrollada y todo ello sin haber perdido una pizca de este estilo tan sumamente personal.
Entonces, teniendo en cuenta esto, no se qué demonios quiere o espera la gente. Y con "gente" incluyo a la crítica especializada, como Conrado Xalabarder, quién el otro día
escribió este delirante y disparatado editorial sobre Elfman en MundoBSO. ¡Y el alabó Doctor Extraño 2!.
Qué vergüenza, de verdad. Lo que se hace por los clicks y las visitas...
Hace ya tiempo que Danny Elfman ha perdido su encanto y probablemente también él haya perdido su encanto por el cine. Recién vista Beetlejuice Beetlejuice (24), que se estrena hoy, me recuerda al compositor que llegó a ser pero del que hoy apenas quedan trazas, casi fantasmagóricas. Elfman tiene suficiente dinero como para no necesitar trabajar, eso es evidente y es posible que sea una de las razones por las que ya no parece que le apetezca batallar ni pasar por las tensiones y presiones de la creación de música para el cine, que él mismo ha comentado haber sufrido. Es posible, y seguramente más factible, que ahora se interese por otros proyectos más personales, como sus álbumes. Está bien que si es así, pero Elfman proyectó una luz musical cegadora durante años que hoy apenas deja ver mucho de él. Como he comentado en la reseña, este regreso al espectral y divertido mundo de Bitelchús es desangelado, sin mucho vigor.
Nunca diré que esté sobrevalorado, pero parece poco discutible sostener que su interés ha bajado con respecto al rompedor compositor de los 80 y 90 del Siglo XX. ¿Ha envejecido, ha perdido magia? Seguramente, a lo Norma Desmond, no sea tanto él como el cine con el que tanto se significó que se haya hecho más pequeño. Tim Burton, desde luego, se ha hecho mucho más pequeño, y Elfman no sería tan relevante sin Burton, aunque haya hecho tantas cosas interesantes fuera de su universo. Pero sus creaciones mejores y más celebradas lo son en sus filmes, mientras que en otros ámbitos (especialmente el dramático) son otros los compositores que más destacan.
La realidad brutal es que si alguien quiere saber quién es Danny Elfman y cuál es su grandeza con seguridad deberá retroceder muchos años, tantos como treinta y constatar que aunque el compositor siga en activo lo hace en vuelo bajo. Triste es su decadente devenir con Burton y se añora cuando trabajaba también con Sam Raimi o Gus Van Sant. Sería maravilloso que cada nuevo Elfman generara expectación, como antaño, pero este encanto prácticamente ha desaparecido. Probablemente también para él.
Se añora cuando trabajaba con Raimi o Gus Van Sant.
Claro, porque hace décadas de sus últimas colaboraciones juntos, entiendo.
Vaya tela, vaya tela.
Sus creaciones mejores y más celebradas lo son en sus filmes (de Tim Burton), mientras que en otros ámbitos (especialmente el dramático) son otros los compositores que más destacan.
Por supuesto, si, por eso tienes
papers académicos planteando la posibilidad de que Sommersby, Black Beauty, Dolores Claiborne o Misión Imposible no es que quizá estén a la altura de sus Batman, Eduardo Manostijeras y demás trabajos míticos, sino que podría sostenerse razonadamente que tal vez sean incluso mejores.
De verdad, estoy enfadado ahora mismo.
Qué triste todo.
Menudo panorama se nos está quedando.