Antiguamente, ir a ver un acontecimiento de tal envergadura, era como hoy en día conseguir entradas para cualquier concierto de U2 en Madrid, por ejemplo.
Colas que dan vueltas y vueltas, al establecimiento donde se venden las entradas. Y todavía dicen que hoy en día es más difícl, cuando desde tu casita y además eligiendo la butaca adquieres el ticket.