Iniciado por
Hidroboy
LORDD, tú lees lo que quieres leer. Y, sinceramente, para eso no posteo.
Porque ya bastante hay con que no pueda responder a los que me responden a mí, que entonces viene el de "si no te gusta no sé para qué escribes"; como para que encima ahora nos inventemos las cosas.
No me gustó T2 porque me gustara el T-1000. He dicho que en T2 Cameron dio un salto cualitativo en los efectos digitales (sobretodo en la simulación de líquidos) y de hecho lo que empezó haciendo en Abyss al darle forma al agua fue mejorado en el T-1000.
T2 gustó porque es una gran película de acción, que consigue repetir el esquema de la primera parte pero ofreciendo mucho más y, sobretodo, mucho mejor.
La repetición en si no es algo malo, de hecho a una secuela se le pide eso: más de lo mismo y, a ser posible, mejor.
Otro tema es contar la misma historia que se ha contado ya 1000 veces y tratar de venderla como si fuera algo novedoso.
Imagínate que en AVATAR la historia fuera que alguien quiere matar a Neytiri porque en el futuro será la reina de los Na'vi y Sigourney Weaver manda al avatar del paralítico a ayudarla a escapar de un avatar ultraevolucionado que viene enviado por vete a saber quién para matarla y así salvar a su hijo.
¿Podría funcionar? Pues sí, sería más de lo mismo. Pero no es una secuela. Ni una reimaginación. Se supone que "Avatar" iba a ser algo nuevo.
Pues para mí tiene mucho más mérito el ritmo de Titanic que el de Avatar. Y te voy a decir por qué.
Porque no es lo mismo rodar una película de 3 horas y media que se desarrolla casi exclusivamente en un transatlántico (ergo, un recinto cerrado) con unas posibilidades argumentales limitadas y además ciñéndote en la medida de lo posible a hechos históricos demostrables que han de ocurrir en un timing determinado ¡y además! no aburrir al personal; que rodar una de ciencia ficción en un planeta y un entorno imaginado del que te puedes sacar de la manga cualquier cosa.
Es comparable a ver una obra de teatro con dos actores y una silla, que dura casi tres horas y te entretiene o ver un musical de presupuesto multimillonario que dura hora y media y te aburre soberanamente.