A mí me ha parecido lo mismo que la primera: un gran espectáculo visual, con momentos de gran emoción. Pero una historia bastante mediocre. La trama es aún más simple que la primera, de hecho, con cositas de guion muy cogidas con pinzas. Luego en el segundo acto hay un bajón de ritmo considerable, aunque se recupera en el tercer acto.
Para mí le sobra metraje, con media horita menos estaría mejor.

Eso sí, en el tema técnico y visual no hay quien tosa al tito Cameron, sigue siendo un auténtico crack. Solo por eso merece la pena la película, y además hay que verla en el cine más grande que tenga uno a mano.