No puedo estar más en desacuerdo con lo que dices, compañero. Tú hablas de liderazgo y mecenazgo, yo de capacidad de desarrollo técnico. Acepto que se diga que "ILM" o "Pixar" han revolucionado el cine en el campo de los efectos digitales y la animación, porque como empresas, sus nombres engloban a todas las miles de personas anónimas que han aportado su esfuerzo y talento para revolucionar el cine.
También aceptaría el caso de Walt Disney, que además de empresario y capacidad de liderazgo, controlaba tanto el oficio de la animación que sentó muchas de las modernas técnicas. De J. Cameron he buscado información y leo que su padre, Philip Cameron, fue ingeniero y que James trabajó una temporada en efectos especiales, pero lo que le gustaba era ser director y su verdadera habilidad era ser guionista.
Apple introdujo el ratón y la interfaz gráfica por primera vez, sí, pero eran inventos de los ingenieros de Xerox. Los directivos de esa empresa no supieron ver el potencial del invento de sus empleados y estos vieron como sus jefes prácticamente regalaban el fruto de sus esfuerzos a Jobs. Ten por seguro que si esos técnicos hubieran tenido voz y voto en la empresa, la historia sería otra, por eso te animo a que veas "Piratas de Silicon Valley".
Si yo, que estoy forrado de billetes, me arriesgo y contrato a ese artista visual licenciado en Stanford que fue rechazado por Cameron y su invento triunfa, ¿es entonces mérito mío, o sigue siendo de ese artista visual anónimo?. A la gente le gusta crear ídolos y ponerles nombre y rostro. Puede que el mundo de los negocios funcione así, pero en el fondo sabemos que poner el dinero, fichar cerebros y esperar a que eso funcione no es ser revolucionario.
Mira el caso de Terminator: Cameron tenía en mente desde el principio a su T-1000, pero tuvo que esperar a que la tecnología le pudiera dar lo que quería, porque él no tenía la formación ni la capacidad de evolucionarla (o revolucionarla). Por eso me da mucho coraje que se atribuya a una persona el mérito que no le corresponde.