Joder, se os atraganta a todos lo de los franceses.

La plantación francesa es un istmo en el desarrollo, una pausa de lucimiento fantástica. El contraste de la plantación con toda esa locura decadente embadurna al filme de un aire trasgresor y original acojonante. Como ya dije es una especie de oasis lleno de belleza, simetría y luz en ese infierno de la guerra, si a todo esto le añadimos las connotaciones políticas que arañan intelectualmente en ese retazo o las hirientes y sugerentes miradas de todos los comensales que van abandonando poco a poco la mesa, para mí se convierte en algo imprescindible de la obra, indivisible, único, propio.

Un "Sí" dictatorial a la plantación francesa, :]

Salu2.