Hoy la he visto y, avisado por una recepción algo tibia, he constatado que está por debajo de las dos grandes obras de Joe Wright ("Expiación" y "Orgullo y prejuicio"), pero es una nueva muestra de creatividad de un pedazo de director, una película con una propuesta muy interesante. Como ha dicho Xabier Blasco, una joya. Lo que pasa es que yo la veo una joya imperfecta.
En primer lugar, está el tema más polémico del acercamiento: la decisión de presentar casi todos los escenarios en el mismo espacio, en un teatro. Es una decisión arriesgada y radical, como la de "Dogville". Aplaudo el atrevimiento y la originalidad, y además creo que no es caprichoso, que está narrativamente justificado (ahora explicaré por qué lo creo), pero al mismo tiempo, reconozco que, al igual que me pasaba con "Dogville", me acaba creando una cierta distancia con lo que se cuenta. Me impide abandonarme a la historia dle todo, me recuerda constantemente que es una ficción. ¿Lo pretende Wright? Puede ser, pero acaba siendo un lastre, en mi opinión.
Y eso que, como digo, tiene un sentido que surge de la propia novela de Tolstoi: se presenta la sociedad rusa de finales del siglo XIX (se huele la revolución) y sus convenciones sociales como un espacio falso, una representación que encorseta la espontaneidad de los sentimientos de Anna. Es por ello que en la película resaltan los escasos exteriores reales: todos ellos corresponden al campo, a la Rusia de los campesinos (personificada en Kostya, un alter ego de Tolstoi), la Rusia real.
El escenario teatral también permite a Wright que algunos diálogos sean algo más floridos, y las interpretaciones menos naturalistas. Nuevamente, para mucha gente será un problema, pero si se entra en el juego, no tiene por qué.
Narrativamente, la película fluye muy bien durante más de una hora, pero decae en el último tercio, y llega a hacerse algo larga.
Pero el mayor defecto es un error de casting: el fundamental personaje de Vronsky se lo han dado a Aaron Johnson, un actor que me encanta en muchos papeles, pero aquí no funciona, no me lo creo, resulta muy blandito y no me llego a creer que Anna
Keira Knightley hace un gran esfuerzo interpretativo, y está muy bien, pero creo que tampoco era un papel para ella. El papel me pide una mujer que transmita más madurez y desgarro.
Pero hay tanto bueno en la película... Visualmente es
impresionante. Wright ofrece un amplio abanico de recursos de cámara, fotografía, montaje... a cual más exquisito. También destaca mucho el uso narrativo del sonido (esa maravillosa secuencia del hipódromo, donde
los golpes de abanico remiten al corazón de Anna, y estos se transforman en el galopar de los caballos)
Las ideas rebosan en cada escena (ese baile
con los bailarines congelados hasta que Anna y su pareja pasan al lado)
La música, el significativo juego de colores en decorados y vestuario...
La pasión con la que Wright narra me hace seguir viendo que es un grande, y que nos va a ofrecer muchos momentos de buen cine.
"Anna Karenina" puede ser una obra imperfecta, y fallida hasta cierto punto, pero eso no impide que sea de las películas más interesantes y estimulantes que he visto en el último año (muy por encima de algunas mediocridades bendecidas con nominaciones al Oscar).
Nota: 8.5