Una cosa es dejarse llevar y otra cosa, que determinados situaciones, actitudes o comportamientos, te saquen de una película.
Mi sensación es que, antiguamente, se cuidaba mucho más la escritura y narrativa en una película, que probablemente sea el elemento indispensable para establecer un fuerte nexo con el espectador.
El trabajo de los Scott, Cameron, McTiernan, Verhoeven, y un largo etc de intrépidos, "jóvenes" y exigentes directores que no se permitían relajación alguna en los sets, en la mayoría de ocasiones, se traducía en una garantía de enorme calidad para un film.