Si lo del efecto buscado no lo decía con ironía. Seguramente esa forma de arrastrar las sílabas es algo totalmente premeditado y trabajado por el actor (yo he conocido algún yonki con la dentadura más dañada que la abadía de Monte Cassino después de los bombardeos aliados que hablaba así. Y no es coña). Pero de primeras me chocó.
Y lo de la mala dicción en los actores jóvenes españoles, es una lacra que llevamos años arrastrando. Porque, francamente, a los de la generación de Fernan Gómez, se les entendía de puta madre.
Eso sí, esa gente echó los dientes en el teatro, y eso algo tiene que ver.