Bien por los actores (a escepción de Viggo, que pega bien en pantalla pero se nota un huevo que le cuesta hablar castellano, lo que hace que tenga un diálogo plano, y en ocasiones, se nota que han optado por no dejarle hablar).
Bien por la fotografía, como ya habréis leído, hay escenas que parecen cuadros. Estas escenas me han encantado.
Bien por vestuario y atrezo en general. Supongo que ahí se han dejado la pasta.
Mal por el director. Mal dirigida y la edición peta un poquillo.
En definitiva no está mal, pero para lo que se han gastado podrían haber depurado algunas cosillas, sobretodo por parte de Agustín Diaz Yanes, un hombre con suerte (por el proyecto) pero sin el talento suficiente.
Mañana comento más.
Nota: 6,5