En la correspondencia de Sinesio se pueden espigar noticias importantes no
sólo de las enseñanzas de Hypatia, sino de sus discípulos. Eran gentes acomodadas
e interesadas por la cultura griega. Formaron un grupo que mantuvo una gran
cohesión. Estaba integrado por paganos y por cristianos. No parece que tuvieran
choques entre si por motivos religiosos. Mantuvieron siempre una gran admiración
por su maestra, persona de gran influjo en la ciudad, incluso entre el cargo
más alto eclesiástico, como el patriarca Teófilo, al que le pide Sinesio que interceda
ante las más altas magistraturas de la ciudad a favor de Niceo (C. 80).
Para Sinesio (C. 12.105), Hypatia y Teófilo habían alcanzado la misma influencia y
poder. Teófilo era inteligente y enérgico y sin escrúpulos en su actuación.
Favoreció el final del paganismo en Egipto. En 391 se destruyó el famoso
Serapeum y la biblioteca anexa a él. Fue un gran constructor de iglesias. Contó con
grandes enemigos (Palladio, Sócrates y Sozomeno) y admiradores (Arnobio,
Teodoreto, Virgilio de Tapso y los monjes). Fue enemigo de Juan Crisóstomo al
que había consagrado en 398. Era un chaquetero. Primero admiró a Orígenes y
después (399) fue un adversario del gran alejandrino, al igual que hizo Jerónimo.
Le condenó en un sinodo celebrado en 401 y persiguió implacablemente a sus
seguidores Ammón, Dioscoro, Eusebio y Eutimo.
Varios alumnos de Hypatia alcanzaron altas magistraturas civiles y religiosas.
Hypatia, pagana, no tuvo conflictos con Teófilo. Mantuvo correspondencia con
Sinesio siendo ya obispo celoso (C. 9.66-69, 76, 80, 90). Hypatia fue muy estimada
siempre de sus alumnos y de las clases dirigentes de Alejandría. Fue la última educadora
de la juventud de Alejandría durante muchos años, a pesar de ser mujer. Las
enseñanzas las impartía sólo ella en la academia.
MUERTE DE HYPATIA
La muerte de Hypatia, muy probablemente, esta en relación con la lucha entre
el poder imperial, representado por Orestes y el poder episcopal por Cirilo.
Hypatia apoyó a Orestes según Sócrates (HE VII. 15). En esta pugna Damascio
(frag. 102, p. 79.12-13 Zintzen) afirma que Cirilo pertenecía al partido apuesto al
de Hypatia. Según esta autor, el patriarca envidiaba a Hypatia por el prestigo que
gozaba entre las capas sociales altas de Alejandría, como funcionarios municipa-
les que serían cristianos en su mayoría, hipótesis también sugerida por Hesiquio.
Este último autor escribe (frag. 102 p. 79. 13-14 Zintzen) tajantemente que
Hypatia era adorada y reverenciada en Alejandría y que había recibido muchas distinciones cívicas. Hypatia era una enemiga peligrosa para la causa de Cirilo.
Hypatia, sin embargo, no gozaba de prestigio entre el populacho de Alejandría al
no moverse en su esfera.
Juan de Nikiu (Chron. 84-87, p. 100-103 Charles) cuenta
que se intentaba desprestigiarla presentándola como una bruja peligrosa entregada
a la magia negra, condenada expresamente al igual que la brujería, los magos
y los hechiceros, en el Código de Teodosio (IX.16.1-9.10). Esta calumnia debía
proceder del clero. Hesiquio sugiere que la astrología vinculada con la adivinación
y la magia negra fueron las causas de la muerte de Hypatia. Juan de Nikiu culpa a
Hypatia del conflicto entre cristianos y judíos descrito por Sócrates (HE. VII.13),
que en principio eran protegidos por Orestes, año 414. Finalmente los cristianos
saquearon las sinagogas y las convirtieron en iglesias y desterraron a los judíos de
Alejandría. Según Juan de Nikiu lo que tramaron la muerte de Hypatia era una
multitud de creyentes, a los que Damascio (frag. 102, p. 811 Zintzen) califica de
bestias al frente de las cuales se puso Pedro, un posible curial. El asesinato de la
profesora se ejecutó en marzo del 415, durante la cuaresma, al regresar Hypatia en
carruaje a casa, la plebe la sacó del vehículo, la arrastró a la iglesia, la desnudó y
asesinó con estacas. Luego llevó su cuerpo a Cinaren, de emplazamiento desconocido
para quemarlo, dato confirmado por Malalas (Chronogr. P. 359 Born).
Juan de Nikiu (Suda. Hypatia) indica también que el cuerpo fue despedazado por
los alejandrinos y sus miembros esparcidos por la ciudad. Hypatia tenía unos 60
años al morir. Según Damascio (frg. 102, p. 81, 7-10 Zintzen), el crimen político
de Hypatia quedó impune.Juan de Nikiu puntualiza por su parte que los alejandrinos, después de asesinara Hypatia tuvieron a Cirilo por el nuevo Teófilo, tio suyo, por destruir los últimosrestos de idolatría. La Vida de Isidoro es la mejor descripción de la
Alejandría pagana durante los ss. V y VI y de la decadencia de la cultura grecoromana.
Se ha supuesto que la guardia de Cirilo fue la asesina material de
Hypatia y la propagadora de la acusación de brujería, ella sería la instigadora de
la plebe alejandrina.
No parece que los monjes fueran los ejecutores del crimen, pues, según
Sócrates (HE VII.14), habían huido después de atacar a Orestes. Juan de Nikiu
apunta a que el asesinato se debe a cristianos fanáticos. Teófanes lo atribuye al
populacho. Según Filóstrato el crimen fue obra de cristianos ortodoxos del círculo
con Cirilo, que fue sin duda el instigador de la campaña calumniosa contra
Hypatia. Malalas, por su parte, acusa a Cirilo de incitar al pueblo. El éxito de
Cirilo fue contraproducente. Sócrates (HE. VII.15) escribe que el asesinato de
Hypatia deshonró a Cirilo y a la iglesia de Alejandría. El historiador eclesiástico
(HE. VII.13) puntualiza que los alejandrinos eran muy inclinados a cometer disturbios,
característica apuntada también por Hesiquio, al referirse, con ocasión de
narrar la muerte de Hypatia, al asesinato de dos obispos, Jorge, obispo arriano asesinado en 361 y Proterio, muerto en 457, ambos cuerpos fueron arrastrados por la
ciudad y quemados.
El asesinato de Hypatia es uno de los más repugnantes crímenes cometidos por
la Iglesia de la Tarda Antigüedad, que los alejandrinos tardaron en olvidar (Dam.
Frag. 102, p. 81. 7-10 Zibtzen)32.