Más de lo mismo. Remakes de películas adoradas por el público, sustituyendo a intérpretes inigualables. Gladiator II. Cero creatividad, cero imaginación, cero riesgo para crear nuevas historias con nuevos personajes. Leslie Nielsen no podría ser Oskar Schindler, pero es y siempre será Frank Drebin. Del mismo modo que Steve Martin no podría igualar al Closeau de Peter Sellers. Y no es negar vis cómica a ese gran actor que es Neeson, sino simplemente pedir (inocente que es uno) que se deje de manosear la obra de otros que vinieron antes y lo hicieron muy bien.