Fascinante campo éste, del que hemos podido leer excelentes artículos, en varias revistas dedicadas al mundo del audio, últimamente.
Recuerdo los años 80, cuando hicimos grabaciones en numerosas ocasiones en un conocido programa musical de TV, la manera de "ecualizar" el sonido del micrófono del solista desde el estudio de sonido. No es lo mismo que cuando se graba una entrevista, o una conversación. Cuando ibamos a grabar algún tema, ese micro del solista "reverberaba", sonaba con "eco" .... y daba gusto cantar allí. Aquello sonaba divinamente, con una musicalidad exquisita. Como si cantaras en una iglesia, una catedral o en una gran cueva. La diferencia de musicalidad es abismal de cantar en un recinto cerrado, con "eco", a cantar a cielo abierto, en el que te "desgañitas" y no logras impresionar al público.
Cuando ois a grandes solistas en directo y de cerca, hay que ver la caja de resonancia que hacen con todas la cavidades del macizo facial. No sólo unas cuerdas vocales privilegiadas y bien educadas, son las artífices de ese canto.
Muchos instrumentos están concebidos con sus propias cajas de resonancia, y ¡tela!, la diferencia de unos a otros según los materiales de que esten hechos.
Cada sala se comporta como un espacio resonante, con su propia personalidad, segun sus medidas, materiales y objetos que la componen.
¿Dónde está el equilibrio perfecto en nuestra sala, entre la musicalidad que puede dar el sonido reflejado y la pureza sonora de evitarlo?
Opiniones. :alloro