En efecto, esa historia de amor no está en el texto, aunque algunos autores hayan querido justificarlo: él representa el horror químicamente puro, la repulsión, el espanto total. Y eso que cuentas sobre la moral, es que era una novela victoriana. Y cada obra en su tiempo. Es impensable lo que ha hecho Dacre Stoker, con una Mina que no tiene nada que ver con la mujer de su tiempo. Si Stoker hubiera pitado otra sociedad, sería una novela de ciencia ficción, o política ficción. En nada afecta al ritmo, a la tensión. Muchos que leen ahora Frankenstein se quejan de que falta chicha, que va por derroteros ajenos al fantástico; más bien hacia la exposición de una lección moral: el castigo de creerse Dios un simple mortal; mas es muy discursiva en su contexto global. Fíjate que el pasaje de la creación son unos pocos párrafos. Y repito que yo la tengo entre mis diez mejores novelas de terror de todos los tiempos. Stoker persiguió una novela de pesadillas (nacida del reto de su jefe, el insigne actor que supongo conoces) y consiguió lo que para mí es un monumento a la poesía macabra. Los iconos y sueños que desprende el libro son de una fuente inagotable. Pero bueno, repito, cada cual tendrá su opinión. La mía es igual que la de Oscar Wilde.