Sí que es verdad que la película es el arco de transformación de Schindler, pero para mí es un arco que transcurre a trompicones. Yo veo un personaje más o menos realista primero, y luego una transformación repentina que está simbolizada en esa escena de masacre en las calles con la niña vestida de rojo, pero que nunca llega a entenderse del todo, que no está bien retratada desde un punto de vista psicológico. Y Spielberg para eso realmente no es muy bueno (salvo en algunos de sus últimos trabajos, especialmente Munich); en general su visión me parece demasiado pueril, como la de alguien que se ha quedado un poco anclado en la adolescencia, o, para ser más justos con él, la de alguien que entiende ese mundo mejor que ningún otro. Yo creo que Spielberg viene a simplificar demasiado el mundo en términos de bondad y de maldad, que es algo que funciona bien para conectar rápidamente con los personajes, pero le quita densidad a la caracterización, y que por lo tanto funciona mejor en películas ligeras que en proyectos un poco más serios.
Que la película sea una odisea emocional como 12 años de esclavitud, pensada para llevar de la mano al sufrido espectador, es una cuestión de puntos de vista. Aquí creo que lo que decimos no es muy diferente en la superficie, pero quizás sí que lo es en el fondo. Tenemos una visión muy distinta de lo que es Spielberg. Tú dices que La lista de Schindler es un proyecto personal, yo creo que no. Yo creo que Spielberg ansiaba prestigio e intentó manufacturar esa idea de seriedad y respetabilidad ya desde los mismos conceptos de la película, del hecho de que sea una película sobre el holocausto, del hecho de haber escogido blanco y negro para rodarla. No sé hasta qué punto Spielberg estaría personalmente implicado en este proyecto (digo de una manera emocional, por ser judío), pero cuando hablamos de alguien que conoce los resortes de la emoción en el cine como él los conoce, yo diría que poco. Spielberg es un gran fabricante de emociones, y en mi opinión el hecho de que una película suya sea extremadamente emotiva no implica que él la sienta así dentro de sí mismo. De hecho, bueno, es que a mí La lista de Schindler no me parece una película personal, sino hábilmente calculada, planificada, medida hasta el milímetro.
Y, si lo pensamos, ¿no ha hecho Spielberg también El color púrpura, El imperio del Sol (por cierto, película muy irregular pero a reivindicar), Amistad, Salvar al soldado Ryan, Munich...? Hombre, yo creo que son muchas películas sobre grandes historias, sobre grandes conflictos de la humanidad que han marcado a generaciones enteras como para pensar que este señor pone emoción personal en sus producciones (aunque insisto en que en su última etapa creo que a ratos sí que se ha visto a un Spielberg inesperadamente personal). Para mí, por ejemplo, El color púrpura es bastante parecida a La lista de Schindler en intenciones, aunque luego no tengan nada que ver: son los intentos de un cineasta de conquistar el olimpo del reconocimiento profesional a partir de los mecanismos que él conoce (la emoción, el suspense, etc, pero rara vez la reflexión o la poesía por ejemplo).
Aquí va un comentario de MdC, de la época antigua de la revista, que evidentemente es muy simplista y despacha la película de una manera un tanto injusta en unas pocas líneas, pero que yo creo que en espíritu, en esencia, es bastante acertado:
http://www.miradas.net/0204/estudios...schindler.html De hecho, tú ves La lista de Schindler hoy día y te das cuenta de lo agresiva que es la puesta en escena de la película. El movimiento de la cámara, el uso de la música...por momentos parece una película de suspense más que un drama, y ahí te das cuenta de hasta qué punto Spielberg está sustituyendo la reflexión por los mecanismos que él conoce, que son la tensión (el suspense) y la sensiblería. Quizás suena injusto y excesivo dicho así, porque no tienen por qué ser cosas necesariamente despectivas (de hecho por ejemplo a mí me gusta mucho E.T., que es un producto de ambas técnicas), pero en general creo que la película está hecha así y que realmente de eso es de lo que va, de tener al espectador en un puño...
Sin que eso signifique que sea una mala película, por supuesto.