Visto ayer, un film menos terrible de lo que aparentaba, con un Dustin Hoffman en la línea “pasota” actoral de los últimos años. Vistoso visualmente, solvente en algunos tramos incluso, pero con un grave problema: Su ausencia de guión y una trama que apenas se sostiene. Si se supera este –gran- obstáculo y uno se deja llevar por su imaginaria visual, su diseño de producción y la magnifica muisca de Alexandre Desplat & Aaron Zigman, puede llegar a ser un entretenimiento mas que correcto