La sombra del reino
Peter Berg / USA / 2007
Jamie Foxx, Chris Cooper, Jennifer Garner
Danny Elfman
TEXTO: Miriam Cano | 23/11/2007
Si una cosa queda patente después de ver
La sombra del Reino es que el cine americano ya ha encontrado a su "malo" cinematográfico por unos cuantos años. Porque, no nos engañemos: esta película no va a ser ni la primera ni la última en que se nos intente mostrar este tipo de dicotomía efectista y manipuladora destinada a reconciliar a un sector de la población con ellos mismos y a justificar ciertas acciones posteriores, frente a otros proyectos más críticos y socialmente comprometidos, independientemente de cuál sea su resultado final.
Puede Peter Berg escudarse en el hecho de que
La Sombra del Reino sea simplemente un thriller de acción, sin más pretensión que mostrar las peripecias de cuatro agentes del FBI que se desplazan a Rihad en busca de pruebas después de un atentado suicida con cientos de muertos y heridos. Y hay que decir que como producto de consumo, como película de tiroteos, bombas y persecuciones es posible que funcione si apartamos por un momento la pátina ideológica que recubre el film y que, posiblemente sea la culpable del rechazo que causa, pero es que en este caso, la pátina es demasiado gruesa.
La película de Peter Berg desprende durante sus casi dos horas de metraje un tufillo fascista y xenófobo camuflado bajo una supuesta voluntad de cordialidad y colaboración de los agentes del FBI con la policía saudí que acaba traduciéndose en un condescendiente "vamos a enseñar a ésta gente cómo se hacen las cosas". En resumen, un ejemplo perfecto de cómo no debe tratarse en el cine el conflicto entre Estados Unidos y Oriente Medio.
El reparto, encabezado por el oscarizado Jamie Foxx, no aporta ninguna credibilidad a la historia. Los personajes son arquetípicos hasta el aburrimiento y aún así, Berg pretende ahondar en su psicología, tratar de explicar la naturaleza de sus acciones o establecer ciertos vínculos entre un bando y el otro, pero se queda en eso, en pretensión, dadas las continuas contradicciones entre la supuesta bondad y moralidad de los agentes y lo flojo que tienen el dedo en el gatillo de la metralleta.
Pese a su voluntad de profundidad, seriedad y cierta trascendencia,
La Sombra del Reino es una película peligrosamente inocente en su planteamiento y previsible en su desarrollo, sirviéndose de técnicas demasiado manidas que la acercan más al telefilm "basado en hechos reales" que a un retrato riguroso de los hechos acontecidos. Berg se empeña en mostrar continuamente las dificultades que encuentran los agentes del FBI, lo mal que se les trata en Rihad y la corrupción de las autoridades saudíes frente a una intachable conducta americana que a estas alturas, francamente, ya no nos creemos.