<u> ¿QUÉ FUE DE BABY JANE?</u>, un film de 1962 dirigido por Robert Aldrich, es una de mejores muestras de terror psicológico de todos los tiempos.
Una obra maestra a la que el paso del tiempo no ha restado ni un ápice de su poder perturbador. Una película antológica, apoteósica (y todos los calificativos grandiosos que queráis) que mantiene total vigencia tras 40 años, lo que es un signo evidente de su condición definitiva de clásico inmortal.
El director Robert Aldrich fue el autor de destacadas películas como <u>EL BESO MORTAL, CANCIÓN DE CUNA PARA UN CADÁVER, EL VUELO DEL FÉNIX O DOCE DEL PATÍBULO</u>.
Siempre trató de conservar cierta independencia durante los años 50 y 60, y se convirtió en uno de los creadores que plasmó la violencia y la inmoralidad con mayor contundencia.
La película de la que hablamos podría considerarse como una tragicomedia crítica con el viejo star-system de Hollywood, utilizando para ello a dos devaluadas divas de cine que trasladaron su mutuo odio y hostilidad de la vida real al propio plató, convirtiendo el rodaje en, dicen, un auténtico infierno repleto de ataques desde ambos frentes.
Desde luego, tal conflicto real entre ambas actrices (Bette Davis y Joan Crawford) ayudó a dar verosimilitud a la despiadada relación entre sus personajes (Davis aplica un histrionismo y una sobreactuación alucinantes a su Baby Jane que, además, presenta un aspecto extraño con un rostro maquillado en exceso) y a la historia. Lo cierto es que logran conceder realismo y credibilidad a situaciones difíciles de creer... Hasta podría decirse que el film no es más que un despiadado gran guiñol del mundo al que retrata.
Se trata de una obra a la que nada falta y nada sobra, un film absolutamente ejemplar en puesta en escena, guión, interpretaciones, ritmo...
Y es que sus soberbias actrices dan el do de pecho con unas actuaciones de una fuerza increíble (sin duda, apoyado por el declive de sus carreras en la vida real y por el ya citado odio mutuo) que logra traspasar la pantalla para afectar directamente al espectador.
Nunca odiamos más a un personaje como a la indescriptible Baby Jane (Bette Davis, posiblemente la mejor actriz de la historia) que tortura sin piedad a su (aparentemente) angelical hermana (excepcional Crawford), pero... llegamos a un final (lo mejor) que nos demuestra que no todo es blanco o negro, no todo lo podemos ubicar en el bien o en el mal de forma absoluta, sino que existe una infinita gama de grises y mucha, muchísima ambigüedad.
Reíros de los finales sorpresa que hasta el momento os han impresionado, porque aquí tenemos algo que no es lo que parece y que se nos desvela al final con total naturalidad, sin que nada chirríe lo más mínimo.
Es difícil encontrar films de terror que provoquen mayor inquietud y desasosiego sin artificios innecesarios, aunque sí arriesgando y mostrando varias escenas tremendamente crueles e inusuales para la época.
Con todo, Aldrich no pretende asfixiar al espectador y le ofrece momentos de respiro protagonizados por el cómico pianista y su excéntrica madre que otorgan a la película un peculiar tono en el que se dan cita lo escalofriante con lo humorístico, aunque aviso para no iniciados: en esta película está prohibido bajar la guardia. De hecho, como diría David Mamet, LAS APARIENCIAS ENGAÑAN, NADA ES LO QUE PARECE y la ambigüedad está presente en todas las cosas de la vida.
<u> ¿QUÉ FUE DE BABY JANE?</u> refleja, en resumen, los celos, el egoísmo, la avaricia, lo efímero de la fama, la caída de los mitos y hasta qué cotas podemos llegar los seres humanos, incluso hasta el más dulce e inocente a priori.
Un clásico de culto único. De visión casi obligatoria.
<img src=http://www6.gratisweb.com/davebowman/image2.jpg></p>Editado por: <A HREF=http://pub132.ezboard.com/bmundodvd43132.showLocalUserPublicProfile?login=da vebowman>Dave Bowman</A> fecha: 9/12/02 4:02:01 pm